Cómo leer un análisis de sangre

Hoy en día, una sola gota de sangre puede revelar centenares de datos de nuestro estado de salud. Existen análisis muy específicos que, tras un leve pinchazo, pueden indicarnos desde nuestro nivel de colesterol hasta si padecemos cáncer o incluso Alzheimer.

Seguro que te has hecho más de una vez, a petición del médico, un análisis de sangre general, una prueba básica en la que estudiando qué elementos contiene nuestra sangre en más o menos cantidad, los especialistas pueden saber cómo funciona cada uno de nuestros órganos e, incluso, si nuestra alimentación es la adecuada (lo revelarán los niveles de colesterol, azúcar o incluso hierro).

DATOS RELEVANTES DE UN ANALÍSIS

Ante los resultados de un analítisis, pocos esperan que sea el médico quien los «abra». De forma automática lo miramos en el momento en que cae en nuestras manos. Para la mayoría de nosotros, los resultados no son fáciles de interpretar, e incluso pueden llevarte a confusiones que te alarmen sin necesidad.

Lógicamente, es el médico quien debe valorar la analítica ya que no siempre unos valores alterados son sinónimo de enfermedad, y pueden deberse a un desajuste puntual.

A veces, unos valores alterados son un simple desajuste transitorio y no hay que alarmarse

Para comprender un poco mejor esos resultados y poder hacer preguntas más concretas a tu doctor, te mostramos algunos de los datos principales que revelan los resultados de un análisis de sangre. Piensa que los valores parten de una media genérica y a veces según cada historial clínico y personal pueden tener diferentes interpretaciones.

GLÓBULOS ROJOS: CANSANCIO POR FALTA DE HIERRO

La función de los glóbulos rojos (o hematíes) es transportar por la sangre la hemoglobina (puede aparecer como HGB en tus análisis) y, con ella, el oxígeno a cada rincón de tu organismo.

VALORES IDEALES:

-Hematíes: De 3,8 a 6 mill/mm3

-Hemoglobina: De 11,8 A 15,3 g/dl

-V.C.M.: De 82 a 98 fl

  • Valores bajos son señal de anemia: Cuando los hematíes y la hemoglobina (la proteína que contiene el hierro dentro del glóbulo rojo) están muy bajos es que hay anemia.
  • Pistas sobre el origen de tu cansancio: Aunque la mayoría de las veces la anemia se debe a falta de hierro no siempre es así. Para saber exactamente el origen el médico tiene en cuenta el V. C. M, un valor que da información sobre el tamaño de esos glóbulos. Si son más pequeños de lo normal la anemia puede ser por falta de hierro. Cuando son más grandes de lo habitual, puede deberse a que hay una carencia de ácido fólico o vitamina B por problemas de absorción de esas vitaminas o enfermedades del tubo digestivo.

El tamaño de los glóbulos rojos indica si hay una mala absorción de ciertos nutrientes

  • No te alarmes: Con la anemia ocurre que los valores “ideales” pueden variar de una persona a otra. Por ejemplo, una hemoglobina algo baja (de entre 10,5 y 11,8) puede ser normal en la etapa fértil por la pérdida de sangre y hierro que se da con la regla. Pero este mismo valor tras la menopausia puede ser algo más preocupante, ya que puede indicar que hay pérdidas de sangre.
  • Si los hematíes están altos: Tampoco es buena señal. Suelen aumentar por diferentes razones como, por ejemplo, el tabaquismo, que disminuye el oxígeno que hay en la sangre y esa reducción estimula la producción de glóbulos rojos. Otra razón puede ser la insuficiencia respiratoria. Los pacientes que tienen poco oxígeno, por ejemplo por bronquitis crónica, también suelen tener los hematíes altos y a veces se requiere tratamiento para reducirlos.

GLÓBULOS BLANCOS: ¿CÓMO ESTÁN LAS DEFENSAS?

Estas células, también llamadas leucocitos, son las encargadas de defendernos de las infecciones. Por eso, cuando estamos haciendo frente a una (o hemos sufrido una quemadura, por ejemplo), aumentan.

VALORES IDEALES:

-Leucocitos: 4.000-11.000 mm3

  • Si están un poco altos: Unos leucocitos ligeramente elevados (hasta 14.000) puede deberse solo a que has sufrido alguna infección (nasofaringitis, bronquitis…). Las infecciones estimulan tus defensas, por lo que puede indicar que están “en forma”. Además, el médico tiene en cuenta los valores de los distintos tipos de leucocitos (neutrófilos, linfocitos…). Por ejemplo, unos neutrófilos altos puede ser indicio de infección bacteriana.
  • Si la cantidad es algo baja: Entre 3.000 y 4.000 tampoco es preocupante. Puede deberse a algún tratamiento con antibióticos, antiinflamatorios…
  • Cuando están bastante por encima o por debajo de lo normal: pueden revelar trastornos más graves como trastornos de la médula ósea, etc.
  • La clave para tener un número idóneo de leucocitos está en ayudar a tu sistema inmunológico con: dieta sana, ejercicio y, sobre todo, eliminando el estrés que dispara los glóbulos blancos a concentraciones peligrosas.

GLUCOSA: AVISO DE DIABETES

La glucosa es un azúcar (hidrato de carbono) considerado la principal fuente de energía de las células. Sus niveles son máximos en las 2 horas que siguen a la ingesta de alimentos y mínimos tras ayunos prolongados.

VALORES IDEALES:

– Glucosa: 70 a 100 mg/dl en ayunas o <140 mg/dl tras la comida

  • Los niveles normales oscilan dependiendo de cuando se ha realizado el análisis. Si el nivel de este azúcar es más elevado de los valores que se indican, la persona tiene riesgo a padecer diabetes.
  • ¿Cuándo se trata de diabetes? Si en 2 o más ocasiones tu analítica arroja valores de glucosa por encima de 126 mg/dl en ayunas o más de 200 m/dl tras las comidas.
  • ¿Y si tienes prediabetes? Cuando están por encima de 100 mg/dl, pero por debajo de 126 mg/dl, se habla de alteración de la glucosa en ayunas, que puede indicar un estado previo de diabetes.
  • En estos casos se hace un estudio de sobrecarga: consiste en tomar un preparado con 75 g de glucosa y extraer sangre a las dos horas. Si se obtienen valores por encima de 200 mg/ dl se trata de diabetes. Entre 140 y 199 mg/dl revela intolerancia a los hidratos de carbono, que es una situación de prediabetes.

¿MANTIENES A RAYA EL COLESTEROL?

Cuando esta grasa (necesaria para el organismo) aumenta demasiado, hay más riesgo de sufrir enfermedades coronarias por el taponamiento de las arterias.

VALORES IDEALES:

-Colesterol total: Menos de 200 mg/dl

-LDL o Malo: Menos de 130 mg/dl

-HDL o Bueno: Más de 35 mg/dl en hombres. Más de 40 mg/dl en mujeres

-Triglicéridos: Menos 150 mg/dl

  • Si tu colesterol está alto tras hacerte una analítica, seguramente el médico decidirá realizar otro análisis antes de decirte si presentas un problema con los lípidos que pueda suponer un factor de riesgo cardiovascular. Esto ocurre porque a menudo en los análisis (sobre todo en las pruebas rutinarias) aparece un valor que indica el colesterol total, sin diferenciar entre el colesterol “malo” y el “bueno” (este último es capaz de retirar el colesterol malo de los tejidos). En un análisis más completo sí se miden estos dos valores por separado porque un nivel alto de colesterol total puede estar compensado si el “bueno” también está muy alto.

Si te sale el colesterol alto habría que analizar «el bueno» y «el malo» por separado

  • ¿Y qué indican los triglicéridos? Sus niveles se corresponden con la grasa ingerida. Por eso los valores aumentan si la dieta es rica en grasa. También en personas con sobrepeso o gran ingesta de alcohol los triglicéridos son altos.

¿TUS RIÑONES FUNCIONAN BIEN?

Los valores de glucosa, hierro o colesterol nos llaman más la atención cuando revisamos los análisis, pero los que afectan a los riñones también son claves porque de la salud de estos órganos depende la de otros tan importantes como el corazón.

VALORES IDEALES:

-Creatinina: De 0,5 a 1,2 mg/dl

-Urea: De 10 a 40 mg/dl

-Sodio: De 135 a 146 mmol/l

-Potasio: De 3,5 a 5,1 mmol/l

  • El valor más importante es la creatinina, una proteína muscular que circula por la sangre y que se elimina a través de la orina. Si está elevada significa que los riñones no la eliminan bien y puede haber cierto grado de insuficiencia renal.
  • El nivel de urea también se analiza. Se trata de un residuo de la descomposición de las proteínas y por lo tanto está directamente relacionada con la cantidad de proteínas que comes. Los riñones filtran a urea de la sangre, pero cuando no funcionan bien, la cantidad filtrada es menor y queda más urea en la sangre. Esto provoca malestar digestivo (náuseas y vómitos). Y cuando los niveles son muy altos, alteraciones en el nivel de conciencia (uremia). Que los niveles de urea estén elevados no siempre es indicativo de algo malo. Quizá tu hidratación no es la correcta y puedes corregirlo tomando más líquidos.

Una concentración elevada de creatinina o de urea indica que los riñones trabajan mal

  • Los niveles de sodio (Na) y potasio (K) que hay en la sangre también aparecen en la analítica. Que el sodio esté algo alto puede indicar que necesitas beber más líquido. Las variaciones en el potasio pueden estar producidas por la toma de diuréticos.

¿NECESITAS DEPURAR TU HÍGADO?

La dieta es vital para que tus riñones trabajen bien. El exceso de sal, de proteínas, refrescos e incluso agua, puede ser contraproducente porque le damos ‘trabajo de más’.

VALORES IDEALES:

-GOT/ALT: De 10 a 38 U/L

-GPT/AST: De 0 a 41 U/L

-GGT: De 11a 50 U/L

-Fosfatasa alcalina: De 40a 129 U/L

-Bilirrubina: De 0 a 1 mg/dl

  • Unos niveles altos de transaminasas (se presentan como GOT/ALT, GPT/AST y GGT) indican que hay inflamación del hígado. Si solo están un poco elevadas puede deberse al alcohol o algunos fármacos (estatinas, antibióticos…).
  • Si la fosfatasa alcalina es alta puede indicar un problema de vías biliares.
  • La bilirrubina elevada podría ser por piedras en la vesícula.

Fuente: https://www.sabervivirtv.com/medicina-general/como-leer-analisis-sangre_494