Explotación sexual

Ayer, se conmemoró el Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños. Con el objetivo fundamental de denunciar, visibilizar y concientizar, cada 23 de septiembre se conmemora el Día Internacional contra la explotación sexual y el tráfico de mujeres, niñas y niños.

Esta fecha fue instaurada por la Conferencia Mundial de la Coalición Contra el Tráfico de Personas en conjunto con la Conferencia de Mujeres llevada a cabo en Dhaka, Bangladesh, en enero de 1999
El delito de trata aún persiste en pleno siglo XXI, y continúa siendo un problema mundial que constituye una clara violación a los Derechos Humanos. En la actualidad se estima que la trata es el tercer negocio ilícito más lucrativo, luego del tráfico de drogas y de armas, variante contemporánea de la esclavitud y una modalidad más a la hora de ejercer violencia de género
En nuestro país, durante el año 1913 se promulgó la primera ley contra la prostitución infantil, denominada “Ley Palacios”, en honor a su creador, el Dr Alfredo Lorenzo Palacios. Se trató de la primera norma en América que protegía a las víctimas de explotación sexual y penalizaba a los responsables.
En 2008 se había promulgado la Ley N° 26.364, cuyo objetivo fue la implementación de medidas para la prevención y sanción de la trata de personas y asistencia a sus víctimas.
En dicha ley se define el delito de trata de personas, en su artículo 2°, como “el ofrecimiento, la captación, el traslado, la recepción o acogida con fines de explotación, ya sea dentro del territorio nacional como desde o hacia otros países”, y estableciéndose la competencia federal para la investigación de este delito.
En el mismo año se creó la Oficina de Rescate y Acompañamiento de Personas Damnificadas por el Delito de Trata.
Luego, en el año 2012 se amplió el alcance de esta norma con la sanción de la Ley N° 26.842, que incorpora penas más severas y promueve la visualización y la concientización de esta problemática.
El delito de trata y explotación sexual de mujeres, niñas y niños configura un atentado contra la dignidad de quienes lo padecen y constituye una violación de los derechos humanos más elementales, en desmedro de valores fundamentales como la integridad sexual, la libertad y la vida.
Fuente: Facultad de Medicina UBA