Signos que delatan alopecia femenina

La caída del cabello también es cosa de mujeres. Algún tipo de alopecia afecta a una de cada cuatro mujeres a lo largo de su vida. Los tratamientos disponibles en general funcionan, pero hay que tener paciencia pues los resultados requieren tiempo. Es esencial un diagnóstico precoz, no esperar a consultar con el dermatólogo ante la aparición de alguno de los signos que pueden sugerir la presencia de alopecia. Pelo más fino, ensanchamiento de la raya, pérdida de densidad en el cabello o una coleta menos gruesa, son algunos de ellos.

El ciclo capilar supone una actividad constante de recambio. Durante un proceso normal, el cabello crece, descansa y cae con el fin de dejar sitio al nuevo. Se considera natural la pérdida diaria de entre 50 y 100 pelos. ¿Cuándo hay entonces motivos de preocupación? “Cuando una mujer nota una caída superior a la habitual cada día, se ve un ensanchamiento de la raya o del triángulo frontal, que se puede ver el cuero cabelludo, que su melena pierde densidad, que el pelo se vuelve más fino o que su coleta es menos gruesa”.

Ante estos síntomas, su consejo es que acuda cuanto antes al dermatólogo porque el diagnóstico temprano y el tratamiento precoz mejoran considerablemente el pronóstico: “En una alopecia con tiempo de evolución es más probable que el pelo no se pueda recuperar”.

“La consulta con el dermatólogo debe producirse con rapidez porque hay que hacer un diagnóstico del tipo de alopecia y porque los tratamientos en general funcionan”.

Impacto psicológico

Los dos especialistas coinciden en que la alopecia es una afección que provoca un fuerte impacto psicológico que condiciona la calidad de vida, por lo que conminan a quienes la padecen a no esperar a consultar. “En ocasiones es el problema más importante de su vida, la mujer pierde confianza, siente que se la estigmatiza”.

“El impacto es más fuerte que el que suele causar en el hombre porque el cabello enlaza mucho con la estética femenina. A nivel social, en general, la exigencia hacia la mujer es superior debido a los cánones de belleza que imperan”. 

El cabello suele aportar a la mujer consistencia e identidad, se convierte muchas veces en una señal del estado de ánimo y otras ayuda a la mujer a sentirse adecuada a la situación en la que se encuentra. “La pérdida de cabello se vive, por tanto, como una pérdida de identidad y de autoestima”.

La alopecia adrogénica, la más frecuente 

Existen más de 100 tipos de alopecia, pero las más frecuentes en las mujeres son la androgénica, el efluvio telógeno y la alopecia areata

Se estima que la alopecia androgénica puede afectar a por lo menos el 25% de las mujeres a lo largo de su vida. La causa es genética y hormonal. Puede ser precoz cuando aparece antes de la menopausia (el pico más habitual se sitúa alrededor de los 20 años) o tardía si se manifiesta después (sobre los 55 años). En ambas puede haber, o no, un aumento de las hormonas sexuales masculinas (andrógenos), que inducen una miniaturización de los folículos y, si no se instaura tratamiento, se convierten en vello. Es frecuente que existan antecedentes familiares directos, aunque su ausencia no excluye que pueda aparecer esta clase de alopecia.

Tratamiento de alopecia androgénica 

La clínica característica es la pérdida de densidad capilar. Las zonas más afectadas suelen ser la región frontal central y parietal. “Es progresiva, el pelo se va afinando, la raya cada vez es más ancha, se va clareando el cuero cabelludo”, explica Vañó, quien admite que las terapias actuales son largas y no logran la curación definitiva, pero más de la mitad de las pacientes mejoran y en más del 80% de ellas detiene la evolución. “No es necesario mantener el tratamiento de por vida, pero cuanto más tiempo, mejor será el resultado. Rubio, por su parte, aboga por un tratamiento inicial intensivo hasta conseguir un buen resultado y después dejar el “mínimo tratamiento eficaz”.

La mejoría obtenida va a consistir en un aumento de la densidad capilar y engrosamiento del cabello fino existente, en algunos casos muy significativa. Los tratamientos más habituales son los fármacos antiandrógenos, que se pueden administrar vía oral o en forma de microinyecciones en el cuero cabelludo, y el Minoxidil, que también puede ser tópico u oral. Los primeros actúan de forma selectiva sobre la raíz folicular frenando y revirtiendo la alopecia y el Minoxidil lleva más sangre al folículo haciendo que el pelo sea más grueso. 

Las microinyecciones de dutasterida es una terapia moderna. Se infiltra la molécula del antiandrógeno dutasteride directamente en el cuero cabelludo, permitiendo que llegue a la raíz folicular una elevada concentración de medicamento. También se utiliza plasma rico en plaquetas. Este procedimiento consiste en extraer sangre del paciente de manera similar a una analítica de sangre, centrifugarla y aislar la porción rica en factores de crecimiento de las plaquetas, que posteriormente se infiltra en el cuero cabelludo.

Otra opción es el trasplante capilar. Con la técnica actual, el resultado es totalmente natural. De todas maneras, el coordinador del Grupo de Tricología de la AEDV advierte que tienen que cumplirse algunas condiciones: “La alopecia debe estar controlada, es decir, que se haya frenado; que el área a trasplantar esté acotada, no sea muy amplia; y gozar de buen pelo en la zona donante, que suele estar en la nuca, que ese pelo sea grueso, tenga densidad suficiente”.

El efluvio, por estrés físico o psicológico 

El efluvio telógeno es una alteración del ciclo de crecimiento del pelo, que produce una caída del cabello muy llamativa. Es muy frecuente en mujeres jóvenes y sucede cuando la raíz del folículo piloso sufre un daño específico que interrumpe el proceso de crecimiento. “Hace que el pelo entre en fase telógena y se desprenda. El estrés que lo provoca puede ser psicológico o físico, una infección, una cirugía, eventos traumático o estresantes, un parto, etc.”, describe Sergio Vañó. Desde que se produce este daño hasta que la caída se hace evidente pasan unos dos o tres meses.

Con la pandemia se ha observado que el efluvio telógeno es especialmente corriente después de la infección por Covid-19. “Lo vemos mucho, incluso en casos leves de Covid”, apunta la dermatóloga Marta Rubio.

Lo habitual es que las pacientes noten una pérdida muy marcada del cabello, dejando pelos o mechones en la ducha, el lavabo o el sofá. El volumen de la melena disminuye y el grosor de la coleta puede ser la mitad. Suele ser un cuadro reversible y de muy buen pronóstico capilar. Cuando la causa cesa, el problema se resuelve por sí solo tras varios meses de recrecimiento del cabello. No obstante, se puede instaurar un tratamiento más específico cuando el motivo va a estar presente mucho tiempo, se quiere favorecer la fase de recrecimiento o hay una alteración analítica.

En todos los casos y en contra de la creencia generalizada, los expertos recomiendan el lavado frecuente del cabello para eliminar todo el pelo maduro que va a caer: “El pelo que se desprende durante el lavado es el que va a perderse, es bueno lavarse para facilitar el nacimiento del nuevo”, explica la directora de Triconorte. Suplementos vitamínicos y nutricionales, algunos medicamentos como la melatonina, el plasma rico en plaquetas son algunos tratamientos que se pueden utilizar.

La alopecia areata, la más compleja

La alopecia areata es la más compleja de tratar. “Su evolución es imprevisible, puede curar sin tratamiento o no responder”, señala Marta Rubio. “El tratamiento no es muy efectivo”, admite Vañó. El problema seguramente estriba en que la causa no está aclarada totalmente, aunque se sabe que tiene un origen autoinmune, es decir, las defensas del propio organismo atacan a la raíz del pelo produciendo una inflamación que da lugar a su caída y que no vuelva a crecer hasta que la inflamación cesa. “Las pacientes tienen una susceptibilidad genética y el estrés puede actuar como desencadenante”, comenta Vañó 

Existen varias formas de alopecia areata, pero la más frecuente es la aparición de unas pocas áreas de pelo ovaladas en el cuero cabelludo (1-5) y en algunas pacientes puede evolucionar a una pérdida de cabello generalizada. Existen tratamientos con capacidad para frenar la caída y hacer que el cabello vuelva a crecer, aunque es igual de importante que luego se mantenga.

Suelen usarse medicamentos antiinflamatorios para actuar sobre el mecanismo autoinmune. Dentro de este grupo se incluyen lociones con corticoides y las infiltraciones locales con microinyecciones de triamcinolona, que permiten controlar el crecimiento en las áreas pequeñas del cuero cabelludo. Cuando el cuadro lo requiere, pueden prescribirse corticoides orales en minipulsos semanales y, si estas opciones no son suficientes, se puede plantear el empleo de inmunosupresores clásicos. Otra terapia es la inmunoterapia tópica con difenciprona, que produce una reacción aguda, como una especie de alergia que ayuda a que se reproduzca el pelo. 

El trasplante capilar es una opción que no está recomendada para estas pacientes, ya que el pelo trasplantado puede volver a caerse dada la naturaleza autoinmune de la enfermedad.

Alopecia frontal fibrosante, importante incremento

La dermatóloga llama la atención sobre un tipo de alopecia, la frontal fibrosante, cuya incidencia ha experimentado un importante aumento en los últimos años y que es un tipo casi exclusivo de las mujeres: “Tiene un componente hormonal, suele aparecer tras la menopausia, pero se cree que este aumento puede obedecer a algún factor externo como algún químico de algunos cosméticos”. 

La clínica es un retroceso de la línea de implante frontal, es decir, la frente se hace más ancha. Son casos en que, si cabe, es todavía más importante el abordaje precoz: “El tratamiento es eficaz pero el pelo que se cae no se recupera”. Los especialistas utilizan corticoides y antiandrógenos.

Alopecia por el tratamiento del cáncer

Otra alopecia es la provocada por algunos tratamientos contra el cáncer, como ciertos quimioterápicos. La mayoría de las pacientes recupera el cabello una vez terminan estas terapias, pero hay un 10% a las que después el pelo no les crece bien, es más fino o nace menos. El tratamiento principalmente se basa en Minoxidil.

Fuente: https://cuidateplus.marca.com/belleza-y-piel/cuidados-pelo/2021/03/29/pelo-fino-ensanchamiento-raya-signos-delatan-alopecia-femenina-177420.html