Herpes Zóster: cómo se reactiva el virus de la varicela
La enfermedad conocida como «culebrilla» puede generar complicaciones que van hasta la ceguera.
A partir de los 50 años, se incrementan las chances de contraer varias enfermedades, entre las que se encuentra el Herpes Zóster (que no es lo mismo que el herpes labial, provocado por el virus del herpes simple).
Expertos señalan con preocupación, en base a una encuesta global realizada por Ipsos en nombre de GSK en 9 países, que solo quienes padecieron Herpes Zósyer, o estuvieron cerca de alguien que la padeció, están interiorizados respecto a la importancia de prevenir su aparición.
A pesar de la indiscutible necesidad de contar con información respecto a sus riesgos, se plantea un problema, no menor: la única manera de prevenirlo es una costosa vacuna que debería afrontarse de manera particular, ya que no está incluida en el Calendario Nacional de Vacunación.
Mayores de 50: 30% de posibilidades de padecerla
“Todos los trabajos de distintos países y autores lo demuestran: dicen que una de cada tres personas tendrá Herpes Zóster en su vida, y a partir de los 80 hasta uno de cada dos puede tenerlo”, advierte en la semana de la Concientización sobre el Herpes Zóster Miriam Rozenek, médica infectóloga y geriatra del Hospital Italiano.
“El principal determinante para padecerlo es la edad, por inmunosenescencia, es decir, menor eficiencia del sistema inmune, que hace que aumente el riesgo a partir de los 50”, coincide Ramiro Heredia, médico clínico del Hospital de Clínicas, que depende de la Universidad de Buenos Aires.
A continuación, qué debemos saber sobre esta enfermedad que puede dejar secuelas.
Herpes Zóster: quienes tienen más riesgo
Se calcula que el 90% de la población de más de 50 años tuvo varicela. Y todas aquellas personas que hayan tenido varicela tienen riesgo de que se manifieste el Herpes Zóster. Este riesgo se incrementa con la edad, ya que, como se indicó, el sistema inmune se va debilitando.
¿Por qué quienes tuvieron varicela pueden tener Herpes Zóster? Porque son producidas por el mismo virus (el virus varicela-zóster que, repetimos, no es el mismo que el del herpes labial, producido por el virus del herpes simple) que permanece latente en el organismo, y puede reaparecer como Zóster. Incluso en quienes hayan padecido varicela de muy chicos, en la infancia.
Sin embargo, quienes no hayan presentado síntomas de varicela, no significa que no la hayan tenido. Como explica Rozenek, el 70% presenta lesiones en piel y «se dan cuenta» de que la tuvieron, pero el 30% no.
Es el mismo virus de la varicela, que queda latente en el organismo. Foto Shutterstock.
Lo que ocurre luego es que durante años el virus se «guarda» en los ganglios neurológicos y queda latente.
“En algún momento, las personas mayores se vuelven más susceptibles a tener Zóster», sostiene la médica. Y añade que también tienen un riesgo mayor las personas inmunocomprometidas, entre las que se incluyen los pacientes oncológicos, con VIH, personas trasplantadas, quienes están en tratamiento con quimioterapia, reciben corticoides a alta dosis, o medicamentos biológicos.
«El virus se multiplica siguiendo el nervio del ganglio neurológico donde quedó escondido, y por seguir este trayecto es que parece una víbora y adquiere el popular nombre de culebrilla», explica.
Generalmente se presenta como una erupción con ampollas en el tórax -donde se manifiesta en la mayoría de los casos-, el abdomen o la cara, produce un dolor agudo y punzante, y puede estar acompañado de fiebre, fatiga y un malestar generalizado.
Síntomas y Neuralgia Post Herpética (NPH)
La profesional asegura que puede ocasionar dolor varios días antes de la aparición de las vesículas o ampollas típicas en la piel, lo que puede dificultar el diagnóstico.
Los primeros síntomas suelen ser picazón, dolor, hormigueo, sensación molesta o sensibilidad al tacto en el tórax, el abdomen o el rostro. Tras los primeros días, comienza la fase aguda de la enfermedad, en la que aparece la erupción cutánea, con ampollas en las zonas afectadas, acompañadas de un dolor agudo.
“Al cabo de unos 10 días, las vesículas se convierten en costras que, normalmente, duran entre 2 y 4 semanas”, explican en el portal www.hablemosdezoster.com..