La mayoría de los cáncer de hígado se pueden prevenir
Más del 60% de los cánceres de hígado son potencialmente prevenibles si se actúa sobre los principales factores de riesgo que inciden en su aparición. Los fallecimientos se podrían reducir drásticamente con una combinación de medidas de salud pública y mejores hábitos de vida.

El cáncer de hígado afecta cada año en España a más de 6.500 nuevas personas. Dentro de los tumores hepáticos que se inician en el propio tejido de este órgano, el más frecuente es el denominado hepatocarcinoma (supone aproximadamente el 75-85% de los cánceres primarios de hígado), que se origina en los hepatocitos (las principales células del hígado). Un análisis que acaba de publicar la Comisión de The Lancet sobre Cáncer de Hígado llega a la conclusión de que la mayoría de los casos son potencialmente evitables si se actúa sobre los factores de riesgo que los impulsan.
Este documento cobra especial relevancia cuando se tiene en cuenta el crecimiento drástico de las muertes por cáncer hepático que se espera en los próximos años en todo el mundo. Según algunas estimaciones internacionales con solvencia probada, aumentarán de 760.00 en 2022 a 1,37 millones en torno a 2050.
Para frenar este avance se requiere un cambio de hábitos entre la población, pero también la adopción de políticas de salud pública más eficaces por parte de las autoridades sanitarias de los distintos países.
Factores clave para prevenir el cáncer hepático
El informe de la Comisión The Lancet revela que más del 60% de los hepatocarcinomas a nivel mundial se pueden prevenir mediante la reducción de los principales factores de riesgo: la infección por los virus de la hepatitis B y C, el alcohol y la esteatosis hepática metabólica, también conocida como hígado graso no alcohólico.
Prevención y tratamiento de los virus de la hepatitis, VHB y VHB
Afortunadamente, el impacto del virus de la hepatitis B (VHB) y de la hepatitis C (VHC) en la incidencia del hepatocarcinoma está disminuyendo. Se espera que la proporción de casos relacionados con el VHB se reduzca del 39% en 2022 al 37% en 2050, y que los casos relacionados con el VHC disminuyan del 29% al 26% durante el mismo período.

Los casos de infección por los virus VHC y VHB se están reduciendo en todo el mundo. (Foto: Shutterstock)
Aún así, todavía existe un gran margen de mejora en la prevención de las infecciones por estos virus. En concreto, los expertos creen que hay que hacer hincapié en la ampliación de la cobertura de la vacuna del VHB y mejorar la detección precoz tanto de este virus como del VHC. Tratar a tiempo estas infecciones es clave para frenar el deterioro progresivo del hígado que puede acabar desembocando en un cáncer.
Eliminar (o reducir de forma drástica) el consumo de alcohol
Las políticas de salud pública encaminadas a reducir el consumo de alcohol por parte de la población son fundamentales para reducir la incidencia y la mortalidad del cáncer hepático, según la Comisión The Lancet. Y esto es así por los efectos del alcohol en el hígado.
El alcohol produce un daño hepático progresivo que puede evolucionar hasta provocar una cirrosis. A su vez, la cirrosis entraña el riesgo de transformación maligna en cáncer hepático.
Prevenir el hígado graso no alcohólico
El hígado graso no alcohólico es actualmente la enfermedad del hígado más frecuente en el mundo, ya que afecta a 1 de cada 3 adultos y al 10% de la población infantil, aunque la mayoría de los afectados lo desconocen.
Ha pasado a llamarse en el entorno científico-médico esteatosis hepática metabólica y, en su forma más grave, esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica. Se prevé que la proporción de casos de cáncer de hígado causados por esta última aumente un 35% (del 8% al 11%) de aquí a 2050.
Los especialistas que han participado en la elaboración del informe reclaman una mayor concienciación sobre el riesgo creciente de esta enfermedad, especialmente en Estados Unidos, Europa y Asia, así como prestar más atención a los grupos con más riesgo, en especial las personas con diabetes y obesidad.
En la mayor parte de los casos se puede decir que esta patología tiene su origen en el exceso de grasa abdominal de las personas obesas, que también se acumula en el hígado. Tal y como apunta uno de los autores del análisis, Hashem B El-Serag, de la Escuela de Medicina de Baylor (Texas, Estados Unidos), “el actual aumento de las tasas de obesidad es un factor de riesgo creciente de cáncer hepático, debido de forma primaria al incremento de casos de exceso de grasa en torno al hígado”.
Por lo tanto, el tratamiento y prevención de la obesidad se perfila como una estrategia clave en la contención de los casos de hepatocarcinoma en todo el mundo.
Fuente: Cuidate plus