Exceso de pantallas y falta de sueño
Un cóctel explosivo para el corazón de los más jóvenes
Te preocupa el tiempo que pasa tu hijo frente a la pantalla del ordenador o enganchado al móvil? Los efectos negativos del uso excesivo de dispositivos electrónicos abarcan múltiples esferas. Según un nuevo estudio, incrementan significativamente el riesgo cardiovascular y metabólico.

Las consecuencias negativas del uso abusivo de los dispositivos electrónicos -móviles, tabletas, televisión, videojuegos- son de sobra conocidas, pero siempre se puede añadir algún dato más. Una de las últimas aportaciones llega de la mano de un estudio que pone de relieve la poderosa asociación entre el tiempo que pasan los niños y jóvenes pegados a las pantallas y el riesgo de desarrollar enfermedades cardiometabólicas, como hipertensión arterial, colesterol alto y resistencia a la insulina (que aumenta el riesgo de diabetes tipo 2).
Uno de los aspectos más llamativos del nuevo trabajo, publicado hace unos días en la revista Journal of the American Heart Association, es la constatación del efecto añadido de no dormir lo suficiente. Expresado en cifras, aproximadamente el 12% de la asociación entre el tiempo frente a la pantalla y el riesgo cardiometabólico podría deberse a una menor duración del sueño
La conclusión de los autores del análisis, basado en dos estudios realizados en Dinamarca con datos de más de 1.000 niños y adolescentes de 10 y de 18 años, es clara: “Limitar el tiempo de pantallas en la infancia y la adolescencia puede proteger la salud cardiaca y metabólica a largo plazo”.
Más horas de sueño, menos tiempo de pantallas
A la luz del impacto multiplicador de la falta de sueño, los investigadores creen que centrarse las horas de descanso nocturno puede ser un buen punto de partida para un cambio de patrón en el uso de pantallas que reduzca el riesgo de hipertensión, diabetes y otras patologías a medio y largo plazo.
“Si reducir el tiempo que pasas frente a las pantalla te resulta difícil, comienza por adelantar el tiempo ante ellas y concéntrate en acostarte más temprano y dormir más horas”, recomienda Amanda Marma Perak, profesora de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern de Chicago (Estados Unidos) y presidenta del Comité de Prevención de Enfermedades Cardiovasculares en Jóvenes de la Asociación Americana del Corazón (AHA, según sus siglas en inglés).

Asimismo, aconseja a los adultos predicar con el ejemplo: «Todos usamos dispositivos electrónicos, por lo que es importante guiar a los niños, adolescentes y jóvenes hacia una utilización más saludable, adaptándolos a su crecimiento”. A medida que los niños crecen, añade, “sé más explícito y explícales por qué guardas el móvil durante la cena o en otros momentos que pasáis juntos«.
Recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría
El Plan Digital Familiar de la AEP emite las siguientes recomendaciones sobre tiempo diario de uso de pantallas en función de la edad:
0 a 6 años
- Cero pantallas, no existe un tiempo seguro.
- Como excepción, y bajo supervisión del adulto, se puede usar para el contacto social con un objetivo concreto. Por ejemplo, que la persona que está al otro lado de la pantalla le cuente un cuento o le cante una canción.
7 a 12 años
- Menos de una hora (incluyendo el tiempo escolar y los deberes).
- Limitar el uso de los dispositivos con acceso a Internet.
- Priorizar los factores protectores: actividades deportivas, relaciones con iguales cara a cara, contacto con la naturaleza, sueño, alimentación saludable, etc.
- Si se decide que utilicen un dispositivo es recomendable que sea bajo la supervisión de un adulto, con dispositivos fijos y evitar el baño y el dormitorio.
- Pactar límites claros previamente tanto en tiempo como en contenidos adaptados a la edad.
13 a 16 años
- Menos de dos horas (incluyendo el tiempo escolar y los deberes).
- Si se permite el acceso a dispositivos -sin ser la única medida que se tome-, es conveniente instalar herramientas de control parental.
- Priorizar el uso de teléfonos sin acceso a internet.
- Retrasar la edad del primer móvil inteligente o smartphone (con conexión a internet).