Cómo llegó a los 117 años con buena salud

82028953-0-image-a-32_1709584333080

Llegar a los 117 años y con buena salud, ¿cómo lo logró Maria Branyas?

La española Marya Branyas era considerada la mujer más longeva del mundo hasta que falleció en 2024. Un grupo de investigadores ha analizado su perfil molecular para descifrar cuál es el secreto de ir más allá del siglo de vida. 

El investigador Manel Esteller junto a la Marya Branyas, fallecida en 2024 a la edad de 117 años.
  1. Alicia Cruz Acal

Jeanne Calment, 122 años. Kane Tanaka, 119. Lucile Randon, 118. A la historia también se pasa por rozar la eternidad con los dedos. Sí, alcanzar récords de longevidad es motivo de asombro, de fascinación, de siempre el mismo deseo: el de cumplir tantos y tan bien. Es ese mismo anhelo el que empuja a la ciencia a buscar la manera de satisfacerlo para que llegar y superar el siglo no sea una extrañeza, sino algo habitual.

Un nombre más: Maria Branyas, una española considerada la mujer más longeva del mundo. Hasta 2024, cuando murió con 117 años. Dar con su secreto es lo que se propuso un equipo internacional liderado por el grupo de Epigenética del cáncer del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, dirigido por Manel Esteller, y la Universidad de Barcelona. Los resultados del trabajo se han publicado ahora en la revista Cell Reports Medicine

En concreto, los investigadores analizaron el perfil molecular de la mujer centenaria, incluyendo el genoma (secuencia total del ADN en un organismo); el metaboloma, que es el conjunto completo de unas pequeñas moléculas llamadas metabolitos y que sirve para diagnosticar y predecir enfermedades o comprender el efecto de medicamentos, entre otras funciones; el microbioma, es decir, la comunidad de microorganismos que habitan en el cuerpo humano, como hongos, virus o bacterias; o el epigenoma, formado por compuestos químicos y proteínas que rodean al ADN. 

¿Qué se pretendía extraer de todo este cóctel biomolecular? Según explica a CuídatePlus Esteller, los genes asociados al envejecimiento saludable. Y además de ello, la conducta. “Lo que heredamos y lo que hacemos es lo que nos da una ventaja de supervivencia. Esa es la idea global”, resalta. 

Asimismo, continúa el experto, “el estudio demuestra que, aunque lo más probable cuando envejecemos es que tengamos enfermedades, siempre hay excepciones, como esta persona, que llegó a ser supercentenaria. Es un ejemplo de que se puede llegar a edades muy avanzadas casi en un perfecto estado de salud, indicando que hay factores que tienen que ver con envejecer, pero al mismo tiempo otros relacionados con envejecer con salud”.

De acuerdo, pero, ¿qué elementos concretos se identificaron? Por un lado, como se ha mencionado, la genética. “Maria tuvo unos genes que le protegían de la erosión medioambiental, que metabolizaban bien las grasas o que permitían que tuviera unos niveles bajos de azúcares”, detalla Esteller, quien agrega que, además de esto, la mujer «tampoco consumía estos ingredientes, por lo que su supervivencia tiene un extra”. 

En definitiva, seguir unos hábitos de vida saludables es, nunca mejor dicho, vital. Se sabía que Marya Branyas seguía una dieta mediterránea y que comía tres yogures al día, lo que puede ayudar a explicar que la mujer tuviera “una microbiota intestinal como la de una niña”, como ya declaró en alguna ocasión Esteller. El investigador indica que esta persona ha sido comparada con miles de otras en este estudio: “Evitar los tóxicos, como el tabaco y el alcohol, ayuda mucho; así como realizar una hora de ejercicio al día”. 

Maria Branyas

Los genes, posible diana de fármacos

Otra novedad importante del trabajo a la que hace referencia Esteller es que se han identificado genes asociados al envejecimiento saludable y que, por tanto, pueden ser diana de fármacos. “Aunque todavía queda mucho trabajo por delante, podemos pensar en desarrollar fármacos que actúen contra esos genes para intentar replicar o mimetizar el efecto supercentenario”, subraya. 

En cuanto a posibles limitaciones del estudio, “el análisis de una única persona hace que tengamos que ser cautelosos con las conclusiones, que deberán ser validadas en más personas supercentenarias”, comenta a la plataforma informativa SMC Iñaki Martín-Subero, profesor investigador ICREA y jefe del grupo de Epigenética Biomédica en el IDIBAPS de Barcelona, quien agrega que, no obstante, “son casos muy poco frecuentes, así que incluso el análisis de una sola persona es muy interesante y revelador”.    

Por su parte, Esteller reconoce que habría estado bien analizar otros aspectos, como por qué esta mujer nunca tuvo ninguna demencia, saber cómo envejece el cerebro y cómo se mantiene joven. “Ella tenía una memoria prodigiosa a pesar de sus 117 años. Hubiera sido interesante también estudiar el cerebro en detalle, pero claro, esto no podemos hacerlo por motivos éticos”, declara.