Cannabis y genética
Un estudio revela el papel que puede jugar la genética en el riesgo de desarrollar un trastorno por consumo de cannabis. Te contamos hasta dónde puede llegar su influencia y qué otros factores son importantes.

La mayoría de las personas que prueban los porros no desarrollarán una adicción o trastorno por consumo de cannabis, pero el porcentaje de individuos que sí se engancharán no es en absoluto desdeñable: hay estudios que lo sitúan en el 30%.
Desentrañar las bases genéticas que están detrás del mayor riesgo de consumir cannabis, así como de la probabilidad de sufrir sus peores consecuencias, puede ayudar a prevenir el consumo de esta droga y tratar los problemas de salud que ocasiona. De ahí la importancia del estudio recientemente publicado en Molecular Psychiatry, en el que se han identificado regiones del genoma humano asociadas al consumo de cannabis, lo que revela nuevas relaciones con la salud mental, cognitiva y física.
“Sabemos desde hace décadas que los factores genéticos influyen en si las personas prueban o no drogas, con qué frecuencia las consumen y en el riesgo de desarrollar adicción”, corrobora Abraham Palmer, profesor y vicepresidente de investigación básica del departamento de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) y coautor del estudio. “Las herramientas genéticas nos ayudan a identificar los sistemas moleculares que conectan el consumo de cannabis con la función cerebral y el comportamiento”.

Personalidad impulsiva y trastornos psiquiátricos
El nuevo estudio revela que el consumo de cannabis a lo largo de la vida se asocia, sobre todo, con dos genes:
- Gen CADM2. Participa en el ensamblaje celular y la señalización entre las células nerviosas, especialmente en el cerebro. Estudios previos lo han vinculado con diversos rasgos y afecciones, como la personalidad impulsiva, la obesidad y la metástasis del cáncer. También se ha asociado con anterioridad a la frecuencia del consumo de cannabis.
- Gen GRM3, que participa en la comunicación entre neuronas y la plasticidad cerebral a largo plazo. Se ha relacionado con una mayor predisposición a padecer trastornos psiquiátricos, como la esquizofrenia y el trastorno bipolar.
Un análisis secundario reveló 40 genes adicionales asociados con el consumo de cannabis a lo largo de la vida y cuatro genes relacionados con la frecuencia de consumo. Veintinueve de estos genes no se habían asociado previamente con rasgos vinculados con el cannabis.
Sandra Sánchez-Roige, profesora asociada de psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego y autora principal del estudio, explica las implicaciones de sus hallazgos: “Hemos demostrado que la genética del consumo de cannabis (tanto probarlo como consumirlo con mayor frecuencia) está vinculada a la genética de otros rasgos psiquiátricos, medidas cognitivas e incluso problemas de salud física”.
Los investigadores han apreciado que el consumo de cannabis se correlaciona genéticamente con 100 rasgos diferentes, entre los que destacan los siguientes:
- Trastornos psiquiátricos: esquizofrenia, TDAH, ansiedad y depresión…
- Problemas cognitivos: función ejecutiva, asunción de riesgos.
- Salud física y salud física: diabetes, dolor crónico y enfermedad coronaria…
- Consumo de tabaco.
- Enfermedades infecciosas, como el VIH y las hepatitis víricas.
- Enfermedades autoinmunes.
Otros factores que influyen en el riesgo de adicción al cannabis
La genética puede tener un peso muy importante, especialmente en las personas portadoras de los genes descritos en este estudio, pero hay otros factores que influyen en el riesgo de desarrollar un trastorno por consumo de cannabis.
Frecuencia del consumo
Es el factor de riesgo que más influye: cuanto mayor sea la frecuencia de consumo, mayores serán las probabilidades de padecer un trastorno por consumo de cannabis.
Duración del consumo
Cuantos más años se haya fumado, mayor será el riesgo de desarrollar el trastorno.
Potencia del cannabis
Hay estudios que muestran una asociación entre la potencia del cannabis consumido (evaluada en términos de concentración de su principal componente activo, el tetrahidrocannabinol o THC) y la probabilidad de desarrollar un trastorno por consumo de cannabis.
Factores psicosociales
Se han descrito factores de riesgo asociados con el consumo de cannabis y el desarrollo del trastorno por consumo de cannabis durante la juventud. Entre ellos, destacan los factores psicológicos (estado de ánimo deprimido, ansiedad, problemas de conducta persistentes en la infancia o la adolescencia o un trastorno psiquiátrico preexistente); consumo de otras sustancias (alcohol, tabaco u otras); educación (un mayor número de años de educación se asocia con una menor prevalencia de consumo de cannabis); consumo de cannabis por parte de los padres; experiencias adversas en la infancia (abuso físico, emocional o sexual); acontecimientos vitales estresantes (desempleo, dificultades económicas).
Fuente: Mejor salud