Los tipos de cáncer que aumentaron en los jóvenes
Un estudio internacional advierte del incremento de 6 tipos de cáncer en adultos entre 20 y 49 años de edad. Excepto el de colon, que aumenta sobre todo en los jóvenes, todos registran también una incidencia creciente en las personas de edad más avanzada. Aunque la prevención total no es posible, hay medidas que pueden contribuir a reducir estos tumores.

Hay seis tipos de cáncer que están aumentando en todo el mundo en los adultos jóvenes: tiroides, mama, colorrectal, riñón, endometrio y leucemia. Todos ellos, salvo el de colon (en el que el incremento es claramente mayor entre las personas de 20 a 49 años), también han crecido en los adultos mayores de 50 años. Así lo revela un estudio publicado en la revista científica Annals of Internal Medicine.
En cambio, en otros tipos de tumores, como los de hígado, boca, esófago y estómago, las tasas de incidencia han disminuido en adultos jóvenes en más de la mitad de los países estudiados.
Implicaciones sanitarias del aumento del cáncer
El nuevo análisis, realizado con la información de la base de datos Globocan, aporta datos de la frecuencia del diagnóstico (incidencia) de diferentes tipos de cáncer en 42 países entre 2023 y 2017. “La particularidad del estudio es que evaluó si esa incidencia cambiaba por igual en los jóvenes de entre 20 y 49 años frente a los mayores de 50”, comenta José Alejandro Pérez-Fidalgo, médico adjunto del servicio de Oncología y Hematología del Instituto de Investigación Sanitaria Clínico Valencia (INCLIVA), a SMC España.
“El estudio concluye claramente que la incidencia de cáncer está aumentando, en particular, en seis subtipos de cáncer entre los más jóvenes”, resume el experto, quien destaca que, en el caso del tiroides, “es un 3,57 % de aumento cada año”.
Estos resultados tienen, según Pérez-Fidalgo, “importantes consecuencias sociales, sanitarias y demográficas”. En primer lugar, hay que tener en cuenta que el manejo “de un diagnóstico de cáncer entre las personas más jóvenes supone un impacto en su desarrollo social, personal y familiar, con consecuencias también de incremento en las toxicidades más tardías”.
Por otro lado, en vista de la tendencia observada, las administraciones sanitarias “deberán adaptarse y plantear programas de desarrollo para establecer estrategias tanto de manejo de esta población más joven, dado que tiene unas necesidades más específicas, como de seguimiento posterior y control de toxicidades tardías”. En este sentido, el especialista recuerda que, recientemente, “la Sociedad Española de Oncología Médica, en colaboración con múltiples sociedades como las de Medicina Primaria, Radioterapia, Cardiología y Hematología, ha desarrollado un documento de consenso para guiar a los profesionales en el control y seguimiento de los largos supervivientes de este rango de edad”.
Prevenir la obesidad, clave frente al cáncer
El estudio recoge los datos de incidencia de 13 tipos de cáncer y ha permitido constatar que, en aquellos cuya incidencia está en aumento, se incluyen algunos de los que están más relacionados con la obesidad, como los tumores de endometrio y de riñón.
Por lo tanto, la obesidad se perfila como un factor de riesgo clave en el desarrollo de cáncer y su prevención constituye un pilar fundamental de cara a la prevención.
El exceso de peso se ha asociado al desarrollo de cánceres en casi todas las regiones anatómicas: colorrectal, mama, hígado, endometrio, páncreas, riñón, ovario, tiroides, estómago, esófago…
La investigación en este ámbito está desvelando los distintos mecanismos que pueden llevar a que las personas con obesidad tengan más riesgo. Entre ellos, destacan los siguientes:
- Aumento de los niveles de insulina y de ciertos factores de crecimiento, como el factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1).
- Inflamación crónica de bajo grado.
- Cantidades más elevadas de estrógenos producidas por el tejido graso, que puede favorecer ciertos tipos de cáncer, como el de mama o el de endometrio.
- Las células de la grasa pueden afectar a procesos que regulan el crecimiento de las células tumorales.
Otras medidas preventivas
El mantenimiento de un peso adecuado constituye una de las 12 medidas de prevención que recoge el Código Europeo Contra el Cáncer. Conviene aclarar que no existe la protección total frente al cáncer, ya que hay factores tanto individuales (como diversas mutaciones genéticas) como ambientales que no se pueden evitar.

(Foto: Shutterstock)
- No fumes. No consumas ningún tipo de tabaco.
- Haz de tu casa un hogar sin humo. Apoya las políticas antitabaco en tu lugar de trabajo.
- Mantén un peso saludable.
- Haz ejercicio a diario. Limita el tiempo que pasas sentado.
- Come saludablemente: consume gran cantidad de cereales integrales, legumbres, frutas y verduras; limita los alimentos hipercalóricos (ricos en azúcar o grasa) y evita las bebidas azucaradas; evita la carne procesada; limita el consumo de carne roja y de alimentos con mucha sal.
- Limita el consumo de alcohol, aunque lo mejor para la prevención del cáncer es evitar las bebidas alcohólicas.
- Evita una exposición excesiva al sol, sobre todo en niños. Utiliza protección solar. No uses cabinas de rayos UVA.
- En el trabajo, protégete de las sustancias cancerígenas cumpliendo las instrucciones de la normativa de protección de la salud y seguridad laboral.
- Averigua si estás expuesto a la radiación procedente de altos niveles naturales de gas radón en tu domicilio y toma medidas para reducirlos.
- Para las mujeres: la lactancia materna reduce el riesgo de cáncer de la madre. Si puedes, amamanta a tu bebé.
- Asegúrate de que tus hijos participen en programas de vacunación contra la hepatitis B y el virus del papiloma humano (VPH).
- Participa en programas de cribado del cáncer colorrectal (hombres y mujeres), de mama (mujeres) y de cérvix (mujeres)
Fuente: cuidateplus