Las bebidas energéticas
Estas fueron las consecuencias
Un británico de mediana edad consumía diariamente 8 bebidas energéticas. Los médicos que le atendieron relatan en una revista científica las graves consecuencias que sufrió y advierten de la importancia de informar a la población sobre los riesgos cardiovasculares de estos productos con un contenido muy elevado de cafeína.

No existe suficiente conciencia de los riesgos que plantean las bebidas energéticas. Así lo consideran los dos médicos británicos que relatan en BMJ Case Reports el caso de un hombre de unos 50 años que acudió al Hospital de Nottingham con síntomas de debilidad y entumecimiento en el lado izquierdo del cuerpo, así como dificultades para mantener el equilibrio, andar, tragar y hablar.
Una vez ingresado, una resonancia magnética confirmó el diagnóstico: un ictus isquémico -es decir, una obstrucción repentina del flujo sanguíneo en el cerebro- en el tálamo, que es la parte del cerebro implicada en la percepción sensorial y el movimiento. Su tensión arterial se encontraba en niveles considerados extremadamente altos: 254/10 mmHg.
Hipertensión por exceso de cafeína
Al cabo de 72 horas, la presión arterial sistólica (popularmente conocida como la alta) se había reducido hasta 170 mmHg gracias a la medicación antihipertensiva y el paciente fue dado de alta. Sin embargo, su tensión volvió a aumentar y se mantuvo elevada a pesar de los cinco fármacos antihipertensivos que seguía tomando.
Tras un interrogatorio más exhaustivo, el hombre reveló un detalle en el que no había caído cuando sufrió el ictus: consumía diariamente una media de 8 latas de bebidas energéticas, con un contenido de 160 mg de cafeína cada una. En total, tomaba entre 1.200 y 1.300 mg de cafeína al día, cuando el límite máximo recomendado está en 400 mg.
Finalmente, su tensión arterial se normalizó tras suspender el consumo de bebidas energéticas y dejó de precisar medicación antihipertensiva. Sin embargo, el hombre no ha recuperado totalmente la sensibilidad de su lado izquierdo. “Obviamente, no era consciente de los peligros que me causaba el consumo de bebidas energéticas. Sigo teniendo entumecida la mano izquierda, el pie y los dedos 8 años después”, ha declarado el afectado.
Efectos perjudiciales de las bebidas energéticas
Los principales riesgos para la salud de las bebidas energéticas se deben a las altas cantidades de cafeína y azúcar que presentan. Un consumo excesivo de cafeína puede producir diversos efectos negativos, como alteraciones del sueño (incluyendo insomnio), problemas del comportamiento y trastornos cardiovasculares. La ingesta habitual de cantidades elevadas puede causar dependencia física moderada y tolerancia a la cafeína. Esto significa que el cuerpo necesita cada vez más cantidad para conseguir un efecto similar.

(Foto: Shutterstock)
El contenido de azúcares simples de algunos de estos productos se sitúa entre los 27,5-30 mg por 250 ml y 55-60 mg/500ml. De hecho, pueden llegar a exceder las recomendaciones de ingesta diaria de azúcar de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con una sola lata. La OMS aconseja que el aporte de azúcar sea inferior al 10% del valor calórico del día.
Un consumo excesivo y continuado de azúcar se asocia a muy diversos problemas de salud: sobrepeso y obesidad, diabetes, caries dental, enfermedades cardiovasculares, problemas de aprendizaje en los niños, alteraciones de la microbiota, mayor riesgo de Alzheimer…
Riesgos para el corazón y otros órganos
Una revisión de estudios publicada en la revista científica Nutrients documenta los múltiples peligros que presentan las bebidas energéticas, sobre todo cuando se consumen en exceso. Algunos son más habituales, pero también conviene prestar atención a los infrecuentes, ya que en ciertos casos han producido fallecimientos. Estos son los más destacados:
- Arritmias cardiacas.
- Alteraciones neurológicas.
- Cambios conductuales.
- Inflamación aguda de diversos órganos (hígado, estómago, páncreas, riñones).
- Dermatitis.
- Trastornos autoinmunes.
- Paro cardiaco.
A estos efectos habría que añadir, a tenor de los resultados del nuevo estudio, el riesgo de ictus por una elevada tensión arterial.
Recomendaciones para evitar riesgos
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) hace las siguientes recomendaciones para reducir los peligros de las bebidas energéticas:
- Deben evitar su consumo las siguientes personas: niños y niñas, adolescentes, mujeres embarazadas y mujeres en periodo de lactancia, personas con hipertensión, pacientes con enfermedades cardiovasculares e individuos que padecen alteraciones del sueño.
- No las combines con bebidas alcohólicas. Estudios recientes demuestran que el consumo de alcohol mezclado o en combinación con bebidas energéticas conduce a estados subjetivos alterados que, entre otros efectos, incluyen una disminución de la percepción de intoxicación etílica.
- No las tomes para hidratarte tras realizar deporte.
- Si las consumes, hazlo ocasionalmente y eligiendo los formatos de menor tamaño. Consulta con tu médico si tomas alguna medicación de manera habitual.