La recomendación se hizo más específica en la última actualización basada en la evaluación del riesgo-beneficio.

Pregunta. ¿Debo seguir tomando aspirina para prevenir un infarto?

«Si ya fue indicada, nunca debe dejar de tomarla sin antes consultar a su médico«, enfatiza el médico cardiólogo Mario Boskis, coordinador de los consejos científicos de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).

La pregunta suele aparecer en la consulta médica, dado que más allá de la indicación médica a nivel individual, la recomendación ha ido sufriendo actualizaciones en base a nueva evidencia científica generada sobre los riesgos y beneficios de la medida.

La última actualización del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos (US Preventive Services Task Force, USPSTF) sobre el uso de dosis bajas de aspirina para prevenir enfermedades cardiovasculares (ECV), fue publicada en abril en un artículo de la revista JAMA.

Los responsables de emitir estas guías son parte de un equipo de expertos en prevención y medicina basada en la evidencia, que integran un grupo de trabajo convocado por la Agencia para la Investigación y la Calidad del Cuidado de la Salud (AHRQ).

La AHRQ es un organismo estatal estadounidense que se reúne periódicamente con el objetivo de determinar si un procedimiento o medicamento utilizado en la actualidad «sigue cumpliendo la tarea de mejorar la salud, ya que a medida que se actualizan los conocimientos, algunos paradigmas de la ciencia médica pueden sufrir modificaciones», explica el cardiólogo de la SAC.

Una aspirina al día en prevención secundaria

El ácido acetilsalicílico (conocido como aspirina) es uno de los fármacos más baratos y fáciles de producir, que se usa como analgésico y antifebril hace más de 120 años.

No obstante, desde hace cuatro décadas que se sabe que una aspirina diaria es capaz de reducir la aparición de un nuevo infarto y/o accidente cerebrovascular (ACV) en personas que ya hayan padecido alguno de esos eventos o que hayan sido sometidos a cirugía de by-pass o colocación de stents, lo que conocemos como prevención secundaria, precisa Boskis.

«No hay duda que en estos casos el beneficio de tomar aspirina es innegable», afirma.

¿Aspirina en prevención primaria?

La investigación más reciente que derivó en la última actualización se enfocó, en cambio, en el uso de aspirina en prevención primaria, es decir, en aquellas personas presuntamente sanas, en las que se busca prevenir la enfermedad cardiovascular.

«La revolución del uso de la aspirina en esta población, que suma al día de hoy a millones de personas, tuvo su origen en un estudio mundialmente conocido como Doctor’s study«, recuerda Boskis.

Ese estudio, realizado en los ’80 por investigadores de la Universidad de Harvard, demostró la eficacia del ácido acetilsalicílico en reducir la posibilidad de eventos cardiovasculares en aquellas personas que consumían una aspirina o («aspirineta») y que no habían tenido un problema cardio o cerebrovascular.

¿Cómo actúa la aspirina?

«El mecanismo de acción está centrado en evitar que las plaquetas -elementos presentes en la sangre y que actúan reparando lastimaduras en las arterias o venas formando un verdadero tapón-, sean capaces de generar coágulos que estos obstruyan los vasos sanguíneos», explica el cardiólogo.

Y añade que también se observó que la dosis necesaria para hacer la sangre más «líquida» es mucho menor que la utilizada para tratar un dolor de cabeza.

Nuevas recomendaciones: aspirina en mayores de 60

«Una de las conclusiones más importantes del nuevo trabajo publicado es que no se recomienda más la toma de una aspirina diaria en aquellas personas mayores de 60 años que no tengan síntomas o una historia de enfermedad cardiovascular», dice Boskis.

Estas nuevas recomendaciones actualizan las publicadas en 2016, que se habían centrado en el uso de aspirina en mayores de 70 años.

«El énfasis actual está puesto en los posibles efectos adversos, ya que si bien se reduce el riesgo cardiovascular, en esta población de personas ‘sanas’ a medida que envejecen, aumenta el riesgo de posible sangrado, ya sea en el tubo digestivo o en el cerebro, con lo cual la ecuación cambia», plantea el especialista.

¿Por qué? Porque se cambia una enfermedad por otra que también puede ser potencialmente muy grave o hasta fatal, como lo es un sangrado interno, señala.

«En estas guías actualizadas, el análisis exhaustivo de la información aportada por nuevos estudios, así como por el seguimiento de muchos años de investigaciones en curso, concluyen entonces que la aspirina no produce un beneficio neto en la salud en aquellas personas mayores de 60 años que nunca han tenido enfermedad cardiovascular», subraya.

E insiste en que las personas que cumplan con ese criterio, deben consultar con su médico de cabecera para conocer si deben seguir o no el tratamiento.

Aspirina de 40 a 59 años

Las recomendaciones también abarcan la franja etaria de 40 a 59 años.

La decisión de iniciar el uso de aspirina en dosis bajas para la prevención primaria de ECV en en personas de esa grupo que tienen un riesgo de enfermedad cardiovascular a 10 años del 10% o más debe ser individual, plantean los autores de la revisión científica.

La evidencia indica que el beneficio neto del uso de aspirina en este grupo es pequeño, afirman.

Y añaden que quienes no tienen un mayor riesgo de sangrado y están dispuestos a tomar aspirina en dosis bajas todos los días tienen más probabilidades de beneficiarse.

«En este caso, aconsejan que si no hay antecedentes de hemorragias en su historia, y si el riesgo de presentar enfermedad cardiovascular, medida por un profesional médico, es mayor al 10% de posibilidad de tener un infarto de miocardio o ACV en la próxima década, entonces sí la aspirina podría esta recomendada como protección, siempre teniendo en cuenta el potencial efecto que genere algún tipo de sangrado, con lo cual la decisión, concluyen, debe ser siempre consensuada entre el médico y el paciente», explica Boskis.

El USPSTF también concluyó que la evidencia no está clara sobre si el uso de aspirina reduce el riesgo de incidencia de cáncer colorrectal o de muerte.

Prevenir la enfermedad cardiovascular

La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en Argentina y en el mundo.

«Por eso es muy importante recordar que más allá de la aspirina, es necesario controlar todos los factores de riesgo«, subraya Boskis.

En ese sentido, insiste en la importancia de llevar una alimentación saludable, hacer ejercicio físico en forma regular (hábitos que ayudan a mantener un peso saludable), no fumar y buscar herramientas para controlar el estrés.

«Conocer nuestros valores de colesterol, presión arterial y azúcar en sangre y tratarlos en caso de que estén elevados completan esta lista virtuosa», concluye el médico.

Fuente: https://www.clarin.com/buena-vida/aspirina-prevenir-infartos-casos-indica-_0_K094d5b1ad.html