¿Los cambios climáticos empeoran el dolor ?

Algunas personas experimentan brotes de dolor por viejas lesiones o condiciones crónicas cuando hace frío o llueve. ¿Existe una relación?

Hay muchas razones para que no nos guste el tiempo frío y húmedo, entre ellas sus posibles efectos sobre nuestro cuerpo.

La gente suele quejarse de que el dolor de viejas lesiones, como fracturas de huesos o esguinces, y de dolencias crónicas como la artritis se agudiza cuando hace frío o llueve. Hipócrates se quejaba de lo mismo hace 2.500 años.

«Es algo que he observado en mis pacientes», dijo Jennifer Moriatis Wolf, catedrática de cirugía ortopédica y rehabilitación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chicago. «Los pacientes dicen: ‘Sé cuándo va a llover. Puedo saber cuándo va a nevar’«.

Aunque los médicos coinciden en que esas quejas son frecuentes, las razones que subyacen al fenómeno siguen sin estar claras. Se ha investigado poco sobre el tema y algunos de los estudios que existen han dado lugar a conclusiones confusas y contradictorias.

Otros estudios, sin embargo, parecen indicar que los cambios meteorológicos pueden inducir hinchazón y afectar la forma en que los nervios que rodean los tejidos lesionados o inflamados se comunican con el cerebro. Esto reaviva o intensifica la sensación de dolor.Muchos pacientes refieren que el dolor se reaparece o se acentúa con los cambios climáticos. Foto Shutterstock.Muchos pacientes refieren que el dolor se reaparece o se acentúa con los cambios climáticos. Foto Shutterstock.

¿Existe realmente una relación entre el estado del tiempo y el dolor?

Depende de a quién se pregunte. Un estudio publicado en 2016 investigó la relación entre las condiciones meteorológicas y el dolor asociado a fracturas óseas.

Los investigadores examinaron los datos de 2.369 visitas al médico después de que los pacientes sufrieran fracturas óseas. En las consultas de seguimiento, los investigadores les preguntaron a los pacientes cuánto dolor experimentaban y registraron los datos meteorológicos locales de ese día, como la temperatura, la presión atmosférica y la humedad.

Los pacientes manifestaron más dolor en las consultas anuales de seguimiento si la presión atmosférica -que suele descender justo antes de las tormentas y los frentes fríos- era baja y si la humedad relativa era superior al 70% en los días de las consultas.

Pero el estudio no reveló que las bajas temperaturas empeoraran el dolor, sino que sorprendentemente los pacientes manifestaron más dolor cuando la temperatura exterior era superior a 35 grados.

Los estudios que investigan el vínculo entre el estado del tiempo y el dolor asociado con afecciones crónicas también son algo desconcertantes. En un estudio de 2019 titulado acertadamente «Cloudy With a Chance of Pain» (Nublado con posibilidades de dolor), los investigadores analizaron los niveles de dolor recogidos diariamente en celulares, en el transcurso de 15 meses, de 2.658 personas que vivían con trastornos de dolor crónico.

Los investigadores analizaron los puntajes de dolor de los pacientes, registrados bajo diversas condiciones meteorológicas locales, y descubrieron que su dolor empeoraba con el aumento de la humedad y la disminución de la presión atmosférica. Sin embargo, el estudio no halló ninguna relación entre el dolor y la temperatura exterior.

Un estudio de 2007 descubrió más bien lo contrario: el dolor asociado a la artritis de rodilla aumentaba con cada descenso de 10 grados de la temperatura, pero el dolor disminuía cuando bajaba la presión atmosférica.

Otra investigación no halló ninguna relación entre los cambios de temperatura y el dolor de la artritis de cadera.

Lo más probable es que los resultados sean contradictorios porque los estudios suelen ser pequeños y «todos se hacen de formas distintas», señaló William G. Dixon, reumatólogo e investigador de salud pública de la Universidad de Manchester (Inglaterra) y coautor del estudio con celulares.

Es decir, se trata de personas con distintas afecciones, que evalúan el dolor de formas diferentes y que valoran distintas variables relacionadas con el tiempo, por lo que no es de extrañar que los resultados sean distintos.

¿Por qué empeora mi dolor y qué puedo hacer al respecto?

Aunque los trabajos en seres humanos son contradictorios, un puñado de pequeños estudios en animales apoyan la idea de que los cambios meteorológicos pueden influir en los dolores.

Una investigación, por ejemplo, descubrió que las ratas artríticas mostraban más comportamientos relacionados con el dolor en entornos de baja presión y baja temperatura.

También hay algunas razones posibles: el dolor puede empeorar por la respuesta de los nervios al entorno.

Según un estudio, los nervios de las ratas que comunican las sensaciones de dolor al cerebro eran más activos a menor presión atmosférica.

¿Por qué? «El cambio de presión barométrica hacía que los nervios estuvieran más irritables, más sensibles«, explica Wolf, que no participó en el estudio. Es posible que ocurra lo mismo en las personas.

Los investigadores también descubrieron que los descensos de la presión atmosférica están relacionados con la hinchazón de los tejidos, lo que puede provocar dolor.

Un estudio de 2014 halló que, cuando la presión atmosférica disminuía, el tejido conectivo que rodeaba las articulaciones de las personas con artritis reumatoidea se expandía, lo que provocaba dolor y sensibilidad.

Aunque no se ha demostrado una relación entre las bajas temperaturas y el dolor, Timothy E. McAlindon, jefe de reumatología del Centro Médico Tufts de Boston, dijo que sería lógico.

A la gente se le aconseja precalentar antes de hacer ejercicio, en parte porque el calor ayuda a relajar los músculos y los tejidos conectivos, por lo que es lógico que «el frío pueda hacer que los tejidos conectivos se vuelvan más rígidos», causando dolor.

Aunque quedan muchas preguntas sin respuesta, los expertos dicen no dudar de que existe una relación entre el clima y el dolor. «Creo que es absolutamente real», dijo Wolf.

Consejos

Para las personas que experimentan dolor inducido por las condiciones meteorológicas, recomendó el uso de una almohadilla térmica para calentar la zona afectada.

El dolor inducido por los cambios de presión atmosférica puede ser más difícil de tratar, explicó Dixon, aunque algunos pacientes con artritis encuentran alivio en el uso de guantes de compresión y rodilleras o coderas.

Muchos pacientes dicen que desearían poder escapar por completo de los desencadenantes inducidos por el clima, añadió.

Un pedido irónico que suele oír en su consultorio es el siguiente: «Por favor, ¿me da una receta para mudarme a España?»

Fuente: https://www.clarin.com/buena-vida/-humedad-cambios-climaticos-empeoran-dolor-_0_xYssKGP8iD.html