Los medicamentos para adelgazar solo están indicados para personas con obesidad y en algunos casos únicamente en pacientes con diabetes. El médico que los receta es el que mejor puede vigilar su eficacia y efectos adversos.

Fármacos para perder peso
  1. María Sánchez-Monge

Los fármacos para adelgazar son una opción eficaz siempre y cuando se usen correctamente. Deben tomarse con la supervisión de un médico y, de hecho, son medicamentos que requieren receta. Es conveniente tener presente que no están destinados a quitarse esos kilos de más para que me quepa el precioso traje que me he comprado o para lucir palmito en bañador. Están destinados a tratar la obesidad, que es, en palabras de Ana de Hollanda, coordinadora del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), “una enfermedad crónica, es decir, un problema de salud serio que necesita tratarse de forma adecuada por un equipo que aborde sus posibles causas y opte por el mejor tratamiento posible”. 

La endocrinóloga subraya que la pérdida de peso no controlada y su recuperación posterior, el conocido efecto yo-yo, “muchas veces consigue que la persona aumente su frustración y que esto le lleve a dejar de mantener unos hábitos de vida saludables”. Por lo tanto, lo que se logra es una peor salud y el adelgazamiento no es permanente: “La pérdida de peso puede conllevar la pérdida de masa muscular que, sin un soporte adecuado, puede disminuir el gasto metabólico y favorecer la recuperación del peso perdido”. 

¿Quién puede tomar los medicamentos para la obesidad?

Albert Lecube, vicepresidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, señala que los fármacos para la obesidad están indicados en toda persona cuyo médico considere que “con los cambios conductuales -comer mejor y hacer más ejercicio- no consigue perder peso”. En concreto, estos medicamentos “se indican a partir de un índice de masa corporal (IMC) igual o mayor de 30 kg/m2, o cuando el IMC es mayor de 27 kg/m2 y el paciente presenta alguna patología asociada con la obesidad”, como diabetes, tensión arterial elevada, hígado graso, colesterol elevado, apneas del sueño… El índice de masa corporal se calcula dividiendo el peso (en kilogramos) entre la talla (en metros) elevada al cuadrado. 

Queda claro que no se trata en absoluto de fármacos para quitarse unos kilitos

¿Qué fármacos hay y cómo funcionan?

“En la actualidad disponemos de 3 opciones de tratamiento farmacológico: orlistat, liraglutida y la combinación de naltrexona y bupropión de liberación prolongada”, indica Lecube. Hace poco se ha incorporado otro fármaco, denominado semaglutida, que al igual que liraglutida pertenece a los análogos del receptor del GLP-1. Sin embargo, en España solo está aprobado para el tratamiento de la obesidad en personas con diabetes. “Es importante que en este momento se utilice este medicamento estrictamente para las indicaciones que está aprobado”, advierte de Hollanda. El objetivo es evitar los problemas de suministro que se han producido en los últimos meses, que han llevado a que muchos diabéticos no hayan podido tomarlo. Lecube anuncia que es “muy probable que a mediados de este año se apruebe el uso de semaglutida para obesidad” sin diabetes.

Liraglutida y semaglutida

Los análogos del GLP-1 actúan en el cerebro disminuyendo el hambre y aumentando la sensación de saciedad, lo que finalmente lleva a que disminuya la cantidad de calorías ingeridas, con la consiguiente pérdida de peso. El receptor GLP-1 se encuentra distribuido por todo el organismo, “pero en este caso nos interesan los receptores situados a nivel del hipotálamo, donde este fármaco favorece la acción de neurotransmisores que quitan el apetito”, indica Lecube. “El tratamiento debe ser acompañado de cambios en la alimentación para que sea más efectivo”, recalca la representante de la SEEN. 

Liraglutida se administra diariamente por vía subcutánea. Los pacientes que utilizan este fármaco consiguen una pérdida de peso de alrededor del 9%. “Los análogos del GLP-1 que se administran de forma semanal (semaglutida) consiguen pérdidas de peso de alrededor del 15% y están en estudio otros medicamentos que consiguen pérdidas de más del 20%”, especifica la endocrinóloga.  

Orlistat

Orlistat es un fármaco oral que debe tomarse 3 veces al día, antes de las ingestas principales (desayuno, comida y cena). “Actúa inhibiendo una enzima que digiere las grasas, llamada lipasa pancreática, y como consecuencia dificulta su absorción y favorece su eliminación a través de las heces, que se vuelven más aceitosas”, describe el vicepresidente de Seedo. “Su efecto en la pérdida de peso es menor y sus efectos adversos difíciles de controlar, por lo que su utilización es bastante menos importante”, añade de Hollanda.

Naltrexona y bupropión de liberación prolongada

La combinación de naltrexona y bupropión de liberación prolongada actúa a nivel central (en el cerebro) disminuyendo la compulsión por la comida y reduciendo también el sentimiento de recompensa emocional que la ingesta puede ocasionar.

Lecube comenta que la eficacia de este fármaco también es inferior a la de los análogos del GLP-1. “La respuesta a orlistat y a la combinación de naltrexona y bupropión es menor, alrededor del 5% del peso”. 

Contraindicaciones y efectos adversos

Los análogos del GLP-1 están contraindicados en personas con un tipo específico muy poco frecuente de cáncer de tiroidesel cáncer medular de tiroides. Asimismo, hay que tener precaución en personas con antecedentes de pancreatitis aguda. 

Orlistat está contraindicado en caso de patología intestinal, debiéndose evaluar en estos pacientes la evolución del ritmo intestinal. 

La combinación de naltrexona y bupropión está contraindicada en un gran número de pacientes con enfermedad mental y en aquellos con hipertensión arterial.

Los principales efectos adversos de orlistat son la aparición de heces aceitosas y la incontinencia del esfínter anal. De liraglutida, la sensación de náuseas, generalmente leve y que suele ceder con el paso de los días. También diarrea o estreñimiento.

De la combinación de bupropión y naltrexona, la elevación de la tensión arterial, las náuseas y sensación de inestabilidad.

Fuente: cuidate plus