Las fotos retocadas son protagonistas en las redes sociales. Por qué es fundamental explicar a los jóvenes que alcanzar esa imagen es imposible.

Posamos atentos a nuestro “mejor perfil”, luego borramos marcas y cicatrices, reducimos aquellas partes que no nos convencen, modificamos colores, exaltamos determinados sectores y trabajo concluido: una imagen completamente falsa digna de publicar en cualquier red social.

Muchos de los filtros disponibles para retocar fotos reproducen un modelo de belleza hegemónica que atenta contra la diversidad corporal. En un contexto donde las selfies y los retoques están a la orden del día, el riesgo es querer alcanzar ese supuesto ideal que no es más que una ficción producto de la tecnología.

¿Cómo opera esto en chicos y chicas, donde todo está en “etapa de construcción”?, ¿pueden estos filtros generar una distorsión de su imagen?, ¿cómo se explica la fascinación de las y los adolescentes por las selfies? Especialistas dialogaron con Clarín acerca de estos interrogantes.Tanto filtro puede derivar en “distorsión corporal e insatisfacción con la propia imagen", dijo Candela Yatche. Foto ilustración Shutterstock.

Tanto filtro puede derivar en “distorsión corporal e insatisfacción con la propia imagen», dijo Candela Yatche. Foto ilustración Shutterstock.

“Los filtros buscan la uniformidad”

Candela Yatche es psicóloga, fundadora de Bellamente –ONG cuyo fin es que “las nuevas generaciones crezcan libres de mandatos sociales”– y activista por la diversidad corporal. Para ella, los filtros no son inofensivos: entre sus potenciales riesgos figuran “la distorsión corporal, la insatisfacción con la propia imagen y el no estar a gusto con lo que somos”.

Esos labios carnosos, la piel tersa o los ojos cristalinos tienen un lado B. “Modificarnos digitalmente hace que veamos una imagen distinta a la real; hay una distancia entre mirarnos al espejo y mirarnos en la pantalla, y esa distancia genera mucha distorsión de la imagen corporal”, insistió.

La activista amplió: “Estos filtros buscan la uniformidad, buscan que nuestros diversos rasgos faciales y nuestras diversas corporalidades se ajusten a la corporalidad hegemónica, la idealizada, la que más se valora. Borrar nuestras singularidades para poder encajar en la norma muestra cómo estos filtros atentan contra la diversidad corporal”.

En nombre de “ese ideal que vemos en estas imágenes también consumimos ciertos productos y servicios”, señaló. Sin embargo, la conclusión siempre es la misma: por mucho que hagamos, estas fotos forman parte de “algo ficticio: podemos lograrlo a través de la tecnología, pero muchas veces es imposible de forma natural. Entonces ahí arrancan una serie de inseguridades”.

En el caso específico de las selfies, ese submundo donde la felicidad pareciera dominar absolutamente cada minuto del día, Yatche resaltó la constante preparación de la escena “para que todo parezca excelente”.

“Muy pocas veces mostramos las zonas vulnerables. Hay una diferencia en cuanto a los sentimientos que se muestran en la selfie y también hay una diferencia corporal, porque buscamos retocar esas imágenes así como las poses que favorecen o nos acercan al ideal de belleza que impera hoy en día”.

Para la psicóloga es clave mostrar la diversidad en la representación de las imágenes. “Necesitamos ver la diversidad corporal en las redes y en los medios para aprender y aceptar que nuestras existencias son válidas sea como sea nuestro cuerpo y que éste no debe ser modificado”.Yatche: "Necesitamos ver la diversidad corporal en las redes y en los medios". Foto ilustración Shutterstock.

Yatche: «Necesitamos ver la diversidad corporal en las redes y en los medios». Foto ilustración Shutterstock.

“No se puede aspirar a ser cómo un filtro de belleza hegemónica”

Los jóvenes no son los únicos que se fascinan con las múltiples plataformas que ofrece Internet. Sin embargo, sí es distinto lo que se puede generar en adolescentes y en adultos.

Según Sabrina Critzmann, médica pediatra, puericultora, consultora de porteo y cocreadora de la Escuela Argentina de Baby Led Weaning, para chicos y chicas “el acceso a las redes sociales y estar retratando la vida todo el tiempo es parte de la construcción de la propia imagen: cómo me veo en mis historias, cómo me veo hablando, cómo es mi voz”.

Si bien cambian los métodos y se renuevan las tecnologías, el fenómeno no es inédito, sino que muta a través de lo que, según el ojo con que se mire, podría ser un avance o un retroceso.

“Esos filtros en las redes sociales generan cambios estéticos a los que, lamentablemente, seguimos haciendo culto y tratando de alcanzar. Esto no es nuevo: ya venimos con esa dinámica desde hace muchos años, queriendo ser algo que no existe, por ejemplo, con el Photoshop. Ya hemos vivido eso de querer llegar a cuerpos o rostros que ni siquiera tiene la persona que está en las fotos”, afirmó la pediatra.Critzmann: “Esos filtros en las redes sociales generan cambios estéticos a los que, lamentablemente, seguimos haciendo culto". Foto ilustración Shutterstock.

Critzmann: “Esos filtros en las redes sociales generan cambios estéticos a los que, lamentablemente, seguimos haciendo culto». Foto ilustración Shutterstock.

Critzmann recalcó que “en las infancias y adolescencias donde se está construyendo la imagen corporal la diferencia en lo que se ve con un filtro y lo que vemos en el espejo o lo que queremos alcanzar (que en realidad no existe porque está hecho con una computadora o un celular) genera riesgos alrededor de la conducta alimentaria y dismorfias corporales (percibirse de manera diferente a lo que es uno realmente)”.

La recomendación, según la especialista, es acompañar y no censurar. “Jugar con los filtros es divertido, no hay que prohibirlos, pero sítenemos que mostrar que no son reales y que no se puede aspirar a ser cómo un filtro de belleza hegemónica”.

En ese marco, hizo hincapié en la importancia de aclarar a hijos e hijas que “la belleza parte de la salud, que todas las personas somos diversas y los filtros son una máscara que puede ser divertida, pero no es la realidad”.

“Como mapadres tenemos que entender que estas tecnologías van a ser parte de la vida de las infancias, de los adolescentes y de la nuestra. No vamos a poder sustraernos de eso, pero sí estar al tanto de lo que se publica en las redes y de los contactos”."Los filtros son una máscara que puede ser divertida, pero no es la realidad”, señaló Critzmann. Foto ilustración Shutterstock.

«Los filtros son una máscara que puede ser divertida, pero no es la realidad”, señaló Critzmann. Foto ilustración Shutterstock.

Critzmann aconsejó por último “sumergirse en el mundo de los chicos y chicas, averiguar cuáles son sus gustos, a qué personas famosas siguen y mostrarles campañas de pieles reales, de cuerpos diversos, que las cosas no son cómo las muestran el Photoshop o los filtros”.

4 razones por las que los adolescentes aman las selfies

“El interés por las selfies está vinculado a la necesidad de compartir estas imágenes en las redes sociales”, señaló a Clarín Roxana Morduchowicz, doctora en Comunicación por la Universidad de París y consultora de la Unesco en ciudadanía digital.

Según la especialista, nueve de cada diez adolescentes en Argentina están en alguna red social. Además, las redes sociales (que “no reconocen diferencias sociales, ni género, ni edad”) son el principal motivo por el cual los adolescentes argentinos y del mundo están en Internet.“El interés por las selfies está vinculado a la necesidad de compartir estas imágenes en las redes sociales”, señaló Morduchowicz. Foto ilustración Shutterstock.

“El interés por las selfies está vinculado a la necesidad de compartir estas imágenes en las redes sociales”, señaló Morduchowicz. Foto ilustración Shutterstock.

En ese marco, detalló los cuatro argumentos que los jóvenes pronuncian al explicar su interés por las autofotos:

  • Es la manera más rápida de sacar una foto.
  • Evitás a alguien que saca fotos malas o que no te gusta cómo saca. Te la sacás vos, que sabés cómo te gusta.
  • Si estás en grupo -y hay que pensar que los adolescentes se mueven así- incluís a todos. Una selfie es la única posibilidad de no dejar a nadie afuera.
  • Cada uno es quién decide qué foto quiere sacar.

Morduchowicz explicó que “la rapidez es fundamental en una generación que valora todo ya, una generación de la inmediatez”.

Respecto a la inclusión, mencionó que ser en esta etapa “ser parte es un valor muy importante. En la niñez sus principales referentes eran los padres, y ahí no tenían problemas porque estaban frente a un amor incondicional. Ahora su principal referente son sus amigos y ese es un afecto que hay que ganarse”.

En cuanto a la decisión individual de qué foto sacar, dijo: “Es un símbolo de lo que ellos quieren en esta etapa de la vida: ‘soy yo el que decide’”.

Niños, adolescentes y tecnología: recomendaciones para el hogar

La consultora de la Unesco en ciudadanía digital consideró que “no hay una relación lineal de causa-efecto entre la manera en que los jóvenes usan las tecnologías y su personalidad”. “No soy partidaria del determinismo tecnológico, es decir, que las tecnologías determinen nuestras conductas”, sentenció.Morduchowicz: "Nueve de cada diez adolescentes en Argentina están en alguna red social". Foto ilustración Shutterstock.

Morduchowicz: «Nueve de cada diez adolescentes en Argentina están en alguna red social». Foto ilustración Shutterstock.

Por otra parte, mencionó un punto que incluye a toda la familia: “Hoy estamos en un mundo más visual que nunca. Las casas argentinas -igual que las de todo el mundo- tienen más pantallas que medios gráficos (libros, diarios y revistas en papel). Esa decisión es de los padres, de los adultos. Entonces, el mostrar y mostrarse es algo que vale tanto para los adolescentes como para los adultos”.

Tras esa aclaración brindó una serie de recomendaciones que dividió según la edad de los niños, niñas o adolescentes. Para aquellos que están en la escuela primaria, aconsejó:

  • Evitar el equipamiento de tecnologías en la habitación. De lo contrario, habrá dos consecuencias inevitables: la primera, más horas de uso; la segunda, la soledad, porque la habitación es un lugar al que muchos padres no entran.
  • Ubicar las pantallas en espacios de circulación colectiva: el comedor, la cocina, el escritorio, etcétera. Aunque el adulto no esté todo el tiempo ahí, cada tanto pasa y ve qué sucede en la pantalla.

Para Morduchowicz “no hay una relación lineal de causa-efecto entre la manera en que los jóvenes usan las tecnologías y su personalidad”. Foto ilustración Shutterstock.

Para Morduchowicz “no hay una relación lineal de causa-efecto entre la manera en que los jóvenes usan las tecnologías y su personalidad”. Foto ilustración Shutterstock.

En cuanto a los adolescentes:

  • Evitar que el dispositivo esté en la habitación del adolescente por la noche. Durante esas horas los dispositivos se cargan fuera del cuarto, en espacios de circulación colectiva.
  • Explicarles que lo que se sube a Internet es muy difícil de borrar; por lo tanto, una imagen no conveniente puede quedar para siempre. La huella digital es la marca que deja cada clic que hacemos en Internet.
  • Evitar que compartan información personal.
  • Los padres deben estar al tanto del uso que hacen los chicos y chicas de las pantallas. Acudir a una pregunta fundamental: “¿Qué hiciste hoy en Internet?”. Esto, enfatizó, debe realizarse sin invadir su privacidad, ya que lo que queremos es que nos cuenten acerca de este uso.
  • Explicar que lo que se sube en Internet puede generar efectos no deseados: por ejemplo, cada vez son más las empresas que chequean los perfiles de redes sociales de los candidatos cuando eran adolescentes.

Fuente: https://www.clarin.com/familias/selfies-filtros-adolescentes-efectos-generan-autopercepcion-corporal_0_q7iwSK29Q.html