Mitos y verdades del mineral que se puso de moda en las redes y en las góndolas de las cadenas de farmacias.

De un tiempo a esta parte, las góndolas que comercializan nutrientes, vitaminas y minerales en forma de suplementos cuentan cada vez con más variedad: omega 3, vitamina Dvitamina C, magnesiozinc, calcio, por mencionar solo algunos, se venden en comprimidos, cápsulas y polvos.

El hecho de que sean de venta libre, y que gran cantidad de publicidades y recomendaciones con escaso asidero científico las promuevan en medios y redes, puede dar a entender que cualquiera que busque mejorar su salud y/o fortalecer su inmunidad debería tomarlos. Contra esta idea se pronuncian muchos especialistas.

«Compren alimentos, no humo». Con esa frase, el gastroenterólogo Fabio Nachman, jefe de Gastroenterología de la Fundación Favaloro, resume lo que durante varios días estuvo repitiendo desde sus redes sociales: la mejor manera de incorporar magnesio es mediante la alimentación.

Esto no significa que no haya casos en los que sea necesario suplementarlo. Sin embargo, el contraste entre los mitos que rodean la supuesta necesidad de incorporarlo mediante suplementos, y la real necesidad de hacerlo, es grande, como explica a continuación.

Qué es el magnesio y por qué es necesario

El magnesio desempeña muchas funciones en el cuerpo, vinculadas a los músculos, al sistema nervioso y la producción de energía.»Es un mineral esencial para la nutrición humana, participa de muchos procesos en el organismo, algunas fuentes contabilizan 400″, introduce Nachman.

Además, explica que este mineral tiene incidencia en «procesos pequeños, por ejemplo, de la contracción muscular, de la contracción del miocardio, participa en el metabolismo del azúcar, en la regulación de la presión arterial, interviene en funciones del sistema nervioso central, del sistema inmune».

Por su parte, Virginia Busnelli, médica especialista en nutrición con orientación en obesidad y endocrinóloga, precisa que se trata de un mineral esencial que usa el cuerpo para mantener la homeostasis, es decir, su equilibrio.

«Dentro de sus funciones biológicas, participa en la producción de los ácidos nucleicos, que son el ADN, y modela muchas respuestas y actividades que tienen que ver con el calcio intracelular, por eso participa en la liberación de insulina y en la contracción muscular», detalla.

Busnelli admite que hay determinadas publicaciones que vinculan su déficit con varias enfermedades: «Hay algunos estudios, que no son muy recientes, que demostraron que la ingesta de magnesio suele ser insuficiente en la población occidental y esa ingesta inadecuada puede estar relacionada con una variedad de problemas de salud que pueden tener que ver con la hipertensiónenfermedades cardiovascularesdiabetes tipo 2«.

También se la relaciona con trastornos en el estado de ánimo, con la ansiedad y alteraciones en el sueño, así como existen asociaciones con los ataques de pánico. Sin embargo, la médica indica que por el momento no hay evidencia sustentable que sea «lo suficientemente fuerte» como para demostrarlo de manera fehaciente. 

En la misma línea, si bien Nachman reconoce que hay una serie de patologías que pueden generar una disminución por falta de aporte, falta de absorción o por aumento de su eliminación; lo cierto es que una alimentación variada debería cubrir los aportes diarios que el cuerpo necesita para su correcto funcionamiento.

Síntomas del déficit de magnesio

Ahora bien ¿cómo saber si existe un déficit de magnesio que justifique su suplementación? «Entre los síntomas puede haber convulsiones, arritmia, calambres, fatiga, entumecimiento», explica el gastroenterólogo.

El consumo excesivo de café, gaseosas, sal o alcohol, así como los períodos menstruales abundantes, un exceso de sudoración y un estrés prolongado también pueden reducir los niveles de este mineral, añade Natalia Antar, nutricionista del Hospital Británico.

Sin embargo, para indicar suplementación, el déficit debería estar constatado mediante laboratorio, refiere Nachman.

«Si bien usted puede no obtener suficiente magnesio de su dieta, es poco común que presente una verdadera deficiencia de este mineral. Los síntomas de una deficiencia de ese tipo incluyen: demasiada excitabilidad, debilidad muscular y somnolencia», precisa el sitio de la Biblioteca Nacional de Medicina estadounidense Medline Plus.

Cómo incorporarlo mediante la alimentación

«El magnesio está presente, básicamente, en los alimentos de origen vegetal (sobre todo en las verduras de hoja de color verde oscuro, porque forma parte de las moléculas de la clorofila), y también en legumbres (en especial, la soja y sus derivados), frutos secos, semillas, cereales integrales, cacao y lácteos», enumera Antar.

El gastroenterólogo indica que además está presente en bananas o damascos secos, palta, arvejas y porotos y destaca entre los alimentos con granos enteros el arroz integral y el mijo.

El exceso de magnesio en el organismo

«Si hay un exceso, pero tiene que haber un exceso importante, o por alguna patología o por algún aporte significativo -estamos hablando de 10 gramos de magnesio- puede haber trastornos de la presión como hipotensión, depresión respiratoria, arritmia, incluso paro cardíaco», advierte Nachman.

Antar afirma que «ingerir demasiado magnesio en forma de suplementos por nuestra cuenta puede tener efectos adversos como diarreas, náuseas y otras molestias digestivas​».

Mitos alrededor del magnesio

«Estuve tratando en mis redes el tema del magnesio por todo el comercio que se generó de manera esotérica, como si este mineral fuera mágico y resolviera todos los problemas», explica Nachman, y añade que por estos motivos resalta la necesidad de obtenerlo mediante una alimentación saludable. «Es en ese sentido que hago hincapié en los hábitos», refuerza.

El especialista se refiere a los consejos que afirman, por ejemplo, que el magnesio puede combatir la falta de sueño. “Los estudios confirman que la calidad de la literatura es deficiente para que los médicos hagan recomendaciones bien informadas sobre el uso de magnesio oral para adultos mayores con insomnio», asegura.

«Hoy día, la realidad es que no podemos discutir si mejora o no el sueño, los estudios que han evaluado esto no son malos, son pésimos, entonces no se puede sacar ninguna conclusión al respecto, el tiempo dirá si con el magnesio uno duerme mejor, es una posibilidad», problematiza.

Y explica que sí está demostrado que los suplementos de magnesio pueden mejorar la catarsis en pacientes constipados que tienen algún «trastorno mínimo». «Por lo demás, hay mucho mito”, sostiene.

En este sentido, alude a publicaciones, por ejemplo en redes sociales, que aconsejan tomar magnesio para una amplia gama de afecciones y enfermedades que van desde la hipertensión, las convulsiones pasando por la osteoporosis, la diabetes o un infarto o accidente cerebrovascular (ACV).

«Existe un comercio alrededor de los suplementos, y una cuestión en redes sociales que es atroz, porque lo que hacen es promover que se abandonen medicaciones diciéndoles que van a mejorar con el magnesio. Realmente se dicen barbaridades», se lamenta.

Busnelli coincide: «No existe evidencia como para recomendar la suplementación de magnesio en la población en general, sino solo en pacientes con síntomas determinados y por una cantidad determinada de tiempo (que suele ser entre 6 y 12 semanas)».

«Por ahora son mitos de las redes sociales, darle un suplemento a un paciente sin haberlo estudiado y sin haber hecho laboratorio, sino recomendarlo por medios de difusión, es perjudicial, cada paciente es un mundo», añade la médica.

«Obviamente que todo paciente que tenga una hipomagnesemia y sienta fatiga, va a sentir mejoría con la suplementación con magnesio, no es que decimos que el suplemento de magnesio es humo, sino que hay que dárselo a quien realmente lo necesita», cierra Nachman.

Fuente: https://www.clarin.com/buena-vida/magnesio-mejor-forma-incorporarlo-saber-tenes-deficit-deben-tomar-suplementos_0_emu6scFl49.html