Consecuencias para la salud de vivir sin bazo

Las personas que no tienen bazo pueden hacer una vida completamente normal. Eso sí, es importante que tomen ciertas precauciones debido al mayor riesgo de sufrir infecciones, y es que este órgano cumple importantes funciones en nuestro sistema inmune.

El bazo es un órgano sin el que se puede vivir, pero esto no quiere decir que no cumpla funciones importantes en nuestro organismo. Un ejemplo reciente lo tenemos en el caso de la actriz Charlbi Dean, quien murió a los 32 años por una sepsis bacteriana, complicación de la asplenia (ausencia de bazo). A la también modelo le tuvieron que extirpar este órgano diez años antes como consecuencia de un accidente de tráfico. Así, el bazo resulta “fundamental para la defensa del organismo frente al ataque de elementos infecciosos, afirma Cristina Pascual Izquierdo, hematóloga del Hospital Gregorio Marañón y presidenta del Grupo Español de Trombocitopenia Inmune de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH). 

A pesar de su papel clave en nuestro sistema inmune, poco se sabe de esta parte del cuerpo más allá de las cuatro letras que le dan el nombre. “Es un órgano muy vascularizado que mide entre 7 y 13 centímetros y pesa unos 250 gramos. En condiciones normales, tiene forma de haba y está adherido a la superficie diafragmática izquierda”, describe Fernando Lapuente, especialista en Cirugía General y Digestiva de la Clínica Universidad de Navarra (CUN). 

El experto detalla que “se encuentra en el hipocondrio izquierdo (parte superior izquierda de la cavidad abdominal), protegido por las últimas costillas (9,10 y 11), lo que hace que cuando estas se fracturan siempre hay que considerar la posibilidad de lesión esplénica”. Antiguamente, debido al desconocimiento que había alrededor de este órgano, “se extirpaba con mayor facilidad si daba problemas, sobre todo de sangrado en una cirugía”. No obstante, en la actualidad, tras el reconocimiento de sus funciones, sobre todo en lo que se refiere a aspectos inmunitarios, “somos mucho más conservadores e intentamos evitar su extirpación”, reconoce Lapuente.

En concreto, son cuatro las funciones principales que cumple el bazo:

  • Hematopoyética. Durante el periodo fetal, produce algunas células sanguíneas: linfocitos y eritrocitos.
     
  • Filtración de elementos de la sangre, como células envejecidas que pierden su función, parásitos, etc.
     
  • Reservorio, sobre todo de plaquetas, ya que un tercio de las mismas se acumulan en el bazo.
     
  • Formación de anticuerpos. Además, el bazo participa en mecanismos de inmunidad celular. 

¿En qué otros casos es necesaria la extirpación del bazo?

Solo en aquellas situaciones especiales y urgentes será necesaria la extirpación del bazo. Como ya se ha comentado, sufrir un traumatismo en la zona suele ser causa de una cirugía de este tipo, conocida como esplenectomía. “Si hay una lesión esplénica que condiciona sangrado con inestabilidad hemodinámica y riesgo vital para el paciente, se debe extirpar con carácter urgente”, subraya Lapuente.

Asimismo, en diferentes patologías, tanto benignas como malignas, pueden hacer recomendable la esplenectomía de forma programada. En este sentido, el especialista de la CUN indica que “se tratan de enfermedades que van a mejorar tras la extirpación del bazo. Por ejemplo, situaciones con plaquetas muy bajas en las que la esplenectomía hace desaparecer el acúmulo de plaquetas en el bazo, por lo que habrá más plaquetas circulantes, obteniéndose el efecto deseado para la coagulación”. 

¿Qué precauciones deben tener las personas que viven sin bazo?

La persona que no tiene bazo puede hacer una vida completamente normal, pero debe ser consciente de que tiene más riesgo de sufrir infecciones que pueden ser graves y, por tanto, con riesgo vital. 

Por ello, estos pacientes deben vacunarse, según las recomendaciones que su médico le haga. “En general, se vacuna al paciente 14 días antes de la esplenectomía programada o 14 días después de las urgentes”, explica Lapuente, quien añade que es fundamental recibir las vacunas estipuladas y mantener las dosis de recuerdo, además de considerar la vacunación antigripal anual.

Pascual advierte que el paciente ha de tener en cuenta que cualquier episodio de fiebre o escalofríos puede ser signo de sepsis fulminante y debe consultar con premura. Por otra parte, “tendrá información relativa a otras situaciones de riesgo, como la profilaxis antiinfecciosa recomendada en viajes a países con riesgos específicos, ya que las infecciones por parásitos como la malaria pueden resultar muy graves”, subraya.

Fuente: Cuidate Plus