Más abrazos y besos: sí, el contacto físico es saludable y esta es la razón

El contacto físico es beneficioso, tanto para la salud física como mental. Un nuevo estudio se centra en sus efectos positivos en los adultos y también en los recién nacidos. 

Grupo de amigos abrazándose
  1. Alicia Cruz Acal

Dar una palmadita en la espalda, cogerse la mano o fundirse en un abrazo. A pesar de que fueron muchos los que se alegraron de que la Covid-19 impusiera la distancia social sobre los saludos cordiales que incluían besos, lo cierto es que el ser humano necesita del contacto físico. Ánimo, cariño, protección, consuelo… Estas muestras de amor pueden llegar a transmitir incluso más que las palabras. 

Un estudio, publicado en la revista Nature Human Behaviour, ha revisado qué beneficios, tanto físicos como psicológicos, resultan de los abrazos. En concreto, se trata de un metaanálisis que ha pretendido identificar factores críticos en la eficacia del contacto, y ha concluido que este se asocia con una mejora de la ansiedad, la depresión o el aumento de peso en recién nacidos.

“El estudio es de gran calidad. Las hipótesis y el protocolo del mismo se han registrado previamente y se han integrado las conclusiones de más de 200 estudios. Esto garantiza una gran potencia estadística y solidez de los resultados en comparación con trabajos empíricos más pequeños realizados en un solo laboratorio”, remarca a la plataforma informativa Science Media Centre (SMC) Sebastian Ocklenburg, profesor de métodos de investigación en psicología en la facultad de Medicina de la MSH Medical School de Hamburgo, quien confirma que, en general, “se demuestra que las intervenciones táctiles pueden ser beneficiosas para la salud física y mental”.

El grupo de investigadores, liderado por Julian Packheiser, de la Universidad Rurh de Bochum (Alemania), afirmó que en general, tanto los masajes, como las caricias o el método canguro, mostraron beneficios para la salud similares. Como ya se ha mencionado, en el caso de los adultos, los abrazos fueron efectivos para reducir el dolor, además de cuadros de depresión o ansiedad. 

Si bien el tipo de contacto no es tan relevante, sí es clave la frecuencia del mismo. En este sentido, un mayor número se asocia positivamente con la mejora de la salud, tanto física como mental. Eso sí, a diferencia de la frecuencia, aumentar la duración del contacto no incrementa estos efectos saludables. De hecho, los autores del trabajo afirman que se hallaron algunos indicios negativos en la relación entre el cortisol (hormona encargada de regular el estrés) y la presión arterial. Esto podría deberse al hecho de que si el contacto se alarga, la persona acaba acostumbrándose a él, por lo que los efectos positivos señalados se reducen.

Contacto físico con robots

Por otra parte, la investigación recuerda que la pandemia llevó a la falta de contacto debido a las restricciones sociales. Para adaptarse a ello, se examinaron las repercusiones del contacto físico con objetos o robots. “Las interacciones táctiles fuera del ámbito humano-humano son beneficiosas para los resultados de salud física y mental”, concluyen los autores, aunque aclaran que el contacto con robots “no fue tan eficaz para mejorar la salud mental. Por lo tanto, en el futuro deberían explorarse con más detalle las condiciones que permiten que las interacciones entre objetos y robots mejoren el bienestar”.

El contacto físico en pacientes

Los abrazos siempre son beneficiosos, pero especialmente para las personas que están enfermas en lo que se refiere a salud mental, según este metaanálisis. Una posible razón podría ser que aquellos pacientes con patologías crónicas conviven muchas veces con estados depresivos o con ansiedad, por lo que el contacto a menudo ayuda.

Asimismo, “en adultos y niños, conocer al tocador no influyó en los beneficios para la salud. Por el contrario, la familiaridad afectó los beneficios generales para la salud de los recién nacidos, siendo el contacto de los padres más beneficioso que el del personal médico”, destaca el trabajo. En este sentido, la OMS recomienda el contacto piel con piel inmediatamente tras el parto para mejorar la supervivencia de bebés prematuros y con bajo peso al nacer.

Los beneficios del contacto precoz piel con piel tras el nacimiento han sido demostrados en diversos estudios a lo largo de los últimos años, lo que ha llevado a que forme parte de los estándares de cuidados tras el nacimiento en todo recién nacido que no precise medidas de reanimación tras el nacimiento”, detalla a SMC José Ramón Fernández, pediatra especializado en neonatología en el Hospital Universitario Santa Lucía de Cartagena. 

De acuerdo con el especialista, “el contacto piel con piel proporciona mayor estabilidad a recién nacido, disminuye el riesgo de hipotermia y aumenta la probabilidad de lactancia materna, que es un factor conocido que disminuye el riesgo de infecciones nosocomiales (hospitalarias) y la mortalidad en prematuros”. Además, Fernández alude a una investigación en 2021 publicada en The New England Journal of Medicine que sugiere que, en comparación con la práctica de separación inmediata del recién nacido prematuro, comenzar con el método madre canguro lo antes posible puede salvar hasta 150.000 vidas más cada año

Por último, sobre el trabajo de Nature, Ocklenburg reconoce que, al tratarse de un metaanálisis que integra estudios ya existentes sobre muchas formas diferentes de contacto, “no permite extraer conclusiones sobre por qué las intervenciones táctiles tienen tantos beneficios sobre la salud física y mental”. 

Fuente: Cuidateplus