Historias familiares que se repiten de generación en generación

A qué se debe y cómo afrontar la repetición de ciertos patrones perjudiciales a lo largo de distintas generaciones dentro de una familia.

La influencia de la historia familiar puede alcanzar límites insospechados. La repetición de ciertos patrones a través de las generaciones aún sin intención de hacerlo es una muestra de ello. Lo que transmiten padres, madres, abuelas, abuelos y demás no sólo tiene que ver con ADN, herencias o tradiciones sino que los legados son mucho más amplios y significativos.

Así, al analizar conductas, anécdotas, vínculos y conflictos se puede advertir cómo muchas veces se repite la historia familiar, a veces de modo positivo y, otras, negativamente. A estas últimas, entonces, hay que prestarles atención.

“La mayor cantidad de personas en el mundo hoy por hoy repetimos patrones familiares y generacionales. Los repetimos conscientemente o no, porque así como se heredan facciones, rasgos, gestualidades y formas, también adquirimos la misma lógica para resolver los conflictos”, explicó a Clarín Violeta Vazquez, escritora, puericultora y creadora del método BioRizoma.

“¿Esta es tu historia o la de tus padres?”

Un día, en medio de una sesión de terapia donde todo eran lamentos y llanto, el psicólogo le dijo a Valeria: “¿Esta es tu historia o la de tus padres?”. La ironía sacudió todas las estructuras de quien entonces tenía 25 años y nunca se había detenido a pensar en cómo estaba repitiendo parte de lo más doloroso de su biografía familiar.

En pareja con alguien de la misma profesión que su papá, descubriendo infidelidades una y otra vez -al igual que lo había hecho su madre- y prolongando una relación donde la violencia y el conflicto eran protagonistas. “Las palabras de mi psicólogo fueron como una piña. Me dio en el pasado y en el presente de una sola vez, pero me abrió los ojos”, dijo la mujer, casi dos décadas después de esa anécdota.

Para ella, vislumbrar que su vida podía convertirse en eso que había experimentado en su familia de origen fue el límite. Bastante después -y con mucha terapia mediante- pudo poner fin a esa relación, pero también logró no volver a esos patrones en sus vínculos siguientes. “Sin ayuda no hubiese podido, estaba como cegada, como si esa forma de amar fuera mi única opción”, rememoró.

Por qué se repite la historia familiar

Vázquez, autora de Basta de repetir la historia familiar (Editorial Del nuevo extremo) y de Entrá en crisis (Planeta), sostuvo que es con los vínculos más cercanos con los que “aprendemos una forma de entender el mundo, de interpretar los que nos pasa y de resolver”.

“Eso se absorbe, se establece en lo que llamamos el período primal, que va desde la concepción a los dos o tres años y se extiende hasta los siete a doce años. Los patrones más fuertes, inconscientes y automáticos, se instalan en los primeros años de vida”, aseguró.

La especialista aclaró que no se trata sólo de aquello que viene de la mano de las personas con quienes vivimos o hemos vivido, sino que abarca a la historia transgeneracional. Por eso el abordaje de estas problemáticas se realiza estudiando el árbol genealógico con el fin de “encontrar un patrón que se repite no sólo a lo largo de la vida de la persona sino también a lo largo de la vida de sus ancestros”.

El árbol genealógico

Vázquez mencionó que desde el método BioRizoma se toma al sistema familiar como un organismo vivo en sí mismo. “La evolución del árbol genealógico busca que, si se vuelven a presentar algunos conflictos que ya se habían presentado, se tengan herramientas que antes no se tuvieron para afrontarlos”, apuntó.

“De esta manera se reeditan conflictos que son de mis ancestros y que yo reedito en mi propia vida porque en su momento no tuvieron solución. Es una manera de darle un cierre a un conflicto que no es mío o que no es solamente mío”, aseveró.

Por su parte, Joan Garriga, psicólogo y formador en constelaciones familiares, sostuvo en su libro Bailando juntos (Editorial Destino): “Detrás de cada uno de nosotros existe un árbol genealógico del que penden infinidad de vivencias. Es muy importante tener cierta claridad sobre la historia afectiva de nuestros padres y de nuestros abuelos paternos y maternos -e incluso más allá-, porque son modelos relacionales, modelos de vivencias afectivas de respeto o no”.

En ese marco, destacó que “es vital aclarar y traer a la conciencia esa historia pasada para que no estemos repitiendo patrones infelices”, ya que “son muchos y muy variados los asuntos y patrones de relación que se heredan por una suerte de reminiscencia inconsciente de los padres y los abuelos, y es muy necesario tratar de comprenderlos para que no nos gobiernen”.

“Nuestras dificultades en una relación encajan a menudo con cómo fueron vividas las cosas del amor por nuestros anteriores, y con sus asuntos pendientes”, cerró.

Las repeticiones no son voluntarias

Si bien repetir estas historias no es una cuestión de voluntad, de la mano de profesionales adecuados se pueden abordar aquellas que resultan perjudiciales.

Al respecto, la especialista aclaró que “muchas veces repetimos formas que no nos piden nuestros padres o abuelos, pero sentimos que si no las hacemos igual que ellos no pertenecemos, nos quedamos afuera de lo que ellos son o fueron o perdemos su buen visto, su protección”. Y esto se convierte en una traba para nuestra calidad de vida.

“Se pueden evitar estas repeticiones con un trabajo profundo de autohonestidad, de autoconocimiento, buscando ayuda profesional idónea para poder desprogramar y decodificar estos patrones”, aseguró Vazquez.

Ponerle fin a estas conductas, entonces, requiere “no solamente trabajo terapéutico sino también la toma de decisiones en la propia vida: qué cambios ejecutar, cuándo y cómo”.

Qué son las lealtades invisibles

Estos patrones que repetimos a lo largo de diferentes generaciones se denominan lealtades invisibles. “Muchas veces somos leales a formas y patrones antiguos simplemente por ingenuidad, por creer que de esa manera los estamos amando, por creer que de esa manera estamos siendo parte del sistema o que seguimos siendo parte de la familia”, explicó Violeta.

Éstas, añadió, están presentes “aún en las personas más rebeldes y aquellas que quieren cortar con las formas de vida de sus familias y se diferencian viviendo en otra zona geográfica, pensando distinto y teniendo otra visión política o ideológica. Sin embargo, tienen activo un patrón de lealtad invisible: esto quiere decir que en un montón de cosas me diferencio y no quiero pertenecer ni ser parte de cómo es mi familia y cómo piensa, pero aún así sigo haciendo síntomas, por ejemplo, de lo que hacía mi abuela o mi bisabuela”.

El trasfondo de la cuestión esconde un objetivo común entre todas las personas: pertenecer. “La pertenencia garantiza la vida. Ahí están las lealtades invisibles: cuando creemos que somos libres estamos repitiendo, buscando protección y el visto bueno en nuestra familia de origen. El destierro es el castigo más importante, lo peor que le pueden hacer a una persona es sacarla de su entorno”, sentenció la autora.

Fuente: https://www.clarin.com/familias/historias-familiares-suelen-repetirse-generacion-generacion_0_0O92ptEe4Z.html