Pautas para superar 'la crisis de los 40'

Pautas para superar 'la crisis de los 40'. En la vida muchas veces nos dejamos llevar y hacemos lo que está estipulado socialmente. Trabajar, casarnos, tener hijos pero, ¿realmente es lo que queremos?¿Eso significa ser adulto?¿Y si no estoy conforme con lo que tengo? SALUD GETTY IMAGES / DANIEL LAFLOR

 La crisis de los 40 es una etapa por la que pasan algunos hombres y mujeres en la que se replantean su vida y lo que han hecho bien y mal. Hablamos con Ana León, psicóloga, para que nos explica en detalle cuáles son los signos de esta etapa.

hombre triste
  1. Joanna Guillén Valera

Muchas personas, al cumplir los 40, tienen una sensación de haber vivido poco o de haber hecho poco y entran en lo que se denomina la crisis de los 40 pero ¿qué es exactamente? ¿qué implica? Como explica a CuídatePlus Ana León, psicóloga en En Madrid Psicólogos, “lo primero que hay que saber es que no es en sí misma una enfermedad ni un trastorno psicológico y que no todos los individuos la vivirán de la misma manera pero debido a distintos factores si hay un gran número de personas que pueden experimentarla y por ello es positivo hablar de ella”.

Esta “crisis” está vinculada “a un periodo cronológico, esa posible “mitad de la vida” que podemos interpretarla o bien como una oportunidad para integrar y crecer individual y personalmente o bien como un momento de máximo estrés, tristeza, presión y sensación de fracaso”. Todo esto dependerá de la forma en la que interpretemos este momento biográfico.

¿Por qué aparece?

La crisis de los 40, explica la psicóloga, “es un fenómeno que sucede en plena transición de la vida que no deja de ser una constante”. Si analizamos pormenorizadamente nos daríamos cuenta de que “no existe gran diferencia entre los 39, los 40 o los 41 años a nivel contextual, físico o psicológico, pero las expectativas sociales, los constructos familiares, ambientales, profesionales, la presión sentida y muchas veces ejercida por las personas que nos rodean, influyen en las vivencias psicológicas y emocionales que un individuo puede llegar a experimentar”, detalla

Debido al momento evolutivo en el que la persona se encuentra, en el ecuador de la vida, suele ser en esta etapa cuando “la persona tiende a hacer balance de sus éxitos y fracasos, de los hitos conseguidos, de aquellos “deberías” que ya tendrían que haberse alcanzado”. Es, señala, “una especie de inmersión en un fin de año a lo grande, que todos sabemos que el momento del cierre de año es el favorito para todos a la hora de hacer balance de antiguos objetivos y puesta en orden de nuevos”.

A nivel emocional suceden varias cosas también:

  • Cuando nos acercamos al momento, la persona lo percibe como “estar a la puerta”, pasando hacia otro estado del yo o momento de la vida. Esto puede traer sensación de vacío, angustia, inseguridad.
  • La persona se siente diferente, pero sin saber bien porqué. Regresa mentalmente al pasado, se visiona la historia de la vida en busca de hitos, de aprendizajes, de experiencias vividas. En muchas ocasiones se percibe como un duelo de aquello que ya no está o de lo que la persona supone que debería y no ha llegado aún.

Crisis de identidad

En opinión de la psicóloga, la crisis de los 40 también también sucede debido a que “no todos los individuos se encuentran con la capacidad y los recursos para vivir esta transición de manera adecuada, mostrando algunas personas la necesidad y un apego a la anterior vida juvenil impidiendo al individuo avanzar en su identidad, realizando un dura y crítica lectura hacia su vida hasta ese momento, trazando metas indeterminadas, remordimiento y culpa por aquello no logrado, deseo incesante de recuperar lo que supuestamente ha perdido, su juventud tratando en ocasiones de buscar la forma de continuar anclado a esa sensación con personas, acciones y hábitos que lo vinculen a aquello”.

Desde el punto de vista fisiológico, hay que recordar que tanto la mujer como el hombre se acercan a la etapa del climaterio. “El hombre a la andropausia y la mujer a la menopausia, generándose un cambio significativo de las hormonas sexuales que influyen significativamente en la propia manera de interpretar nuestro día a día, ya que éstas también regulan nuestra percepción de la realidad”.

El individuo a su vez, añade León, “tiene mayor conciencia de la muerte, ya que muchas de las personas que conocía en su entorno comienzan a fallecer y esto le coloca en una perspectiva de realidad más cercana a dicho momento vital”.

Síntomas de la crisis de los 40

En cuanto a qué signos nos indican o pueden hacernos pensar que estamos en la crisis de los 40, León recuerda que “podrían verse afectados varios factores vinculados a la dinámica del ser humano como son la autoestima, la autoimagen, el autocontrol y la autodeterminación”.

Algunos signos son:

  • La persona «puede presentar una valoración negativa sobre sí misma, es decir, la opinión que tiene la persona acerca de sí misma le otorga atributos negativos, irracionales en muchos casos y poco objetivos”.
  • Otra señal podría ser que la persona “comience a cuestionar y valorar el propósito y significado de nuestra vida pero vinculado a los logros y metas que hayamos conseguido”.
  • Además, es probable que la emoción que predomine sea “la insatisfacción personal, profesional y familiar”. Es habitual que la persona “sienta que no avanza, que se ha quedado estancada en la vida y que aparezca un fuerte sentimiento de necesitar autorrealizarse sin saber bien a veces, qué es lo que esto realmente significa generando aún mayor sensación de vacío existencial”.
  • Aumentan las preocupaciones por la imagen personal y hay más preocupación por el envejecimiento , la aceptación y deseabilidad social y la percepción propia de la imagen corporal.
  • Reevaluación de las relaciones interpersonales, pareja y amigos. Aparecen preguntas acerca de cuán satisfechas son estas relaciones y lo que me están permitiendo lograr en la vida.
  • Aparece tristeza, nostalgia, melancolía sobre la vida “pasada” y comparación sobre el momento en el que me encuentro, de dónde vengo y adónde quiero ir.
  • Impulso y sentimiento de necesidad de realizar cambios significativos en mi vida. En algunos casos esta impulsividad me puede llevar a realizar conductas desafiantes y poco reflexivas.
  • Puede existir un aumento de estrés debido a la presión ejercida impactando de tal forma que puede generar ansiedad y estados depresivos.

¿Cuándo pedir ayuda?

Es importante pedir ayuda “cuando los síntomas vinculados a estados depresivos o de ansiedad, tristeza o irritabilidad se instalan y la persona siente que no es capaz de hacer frente por sí misma”. Como con cualquier otra problemática o bloqueo emocional, “será importante poder valorar la presencia de ayuda psicológica que facilite y minimice el impacto que esta situación y la falta de recursos estén generando en la persona”, informa la experta.

Es importante prestar atención a situaciones como la incapacidad “para hacer frente a las actividades de la vida diaria que se ven mermadas interfiriendo en las distintas áreas de la vida del sujeto”.

Otros problemas para pedir ayuda son “el insomnio, generando alteraciones en el sueño y dificultando el día a día de la persona también”

Todo esto “puede influir en la toma de decisiones generando estados emocionales muy incómodos para quien lo vive”.

Como en otros problemas, advierte, “la persona puede hacer un uso de sustancias para hacer frente a dicho cambio emocional” por lo tanto, este “será un indicador para pedir ayuda ya que eso impactará directamente en su salud física y psicológica desadaptado a la persona y generando graves consecuencias”, concluye.

Fuente: Cuidate Plus