Descubrir la causa del bruxismo es esencial para tratar de forma adecuada un trastorno mucho más global de lo que se piensa. Se trata de un trastorno crónico y complejo que puede desencadenar patologías muy diversas.

El bruxismo es una parafunción que consiste en apretar o rechinar los dientes de forma continuada pudiendo provocar varias patologías. Es un movimiento involuntario que puede suceder de día o de noche. El diurno está relacionado con estímulos externos de índole psicosocial o ambiental, mientras que el nocturno es un trastorno muscular que provoca movimientos mandibulares y rechinamiento de los dientes durante las horas del sueño. 

¿Pero se trata de un trastorno global? ¿Qué importancia tiene saber por qué se aprieta? Aunque en medicina no es fácil dar respuestas tajantes, los especialistas estiman que determinar la causa del bruxismo es esencial y que el éxito del tratamiento depende en gran medida de ello.

Un trastorno más global

El presidente del Consejo General de Dentistas de España, Oscar Castro Reino, asegura que es “la expresión de un trastorno más global”. Además del estrés y la tensión, apunta otros motivos que pueden provocar esta parafunción, como una mala oclusión, la asimetría esquelética, la artritis, un trastorno degenerativo e inflamatorio de las articulaciones temporomandibulares. Y actualmente se está considerando como un problema relacionado con los trastornos de sueño. De hecho, las investigaciones se centran en el estudio de la etiología y, muy concretamente, en la patología de sueño.

Castro Reino vincula el éxito del tratamiento con la causa: “Es muy complejo dar datos de eficacia de los tratamientos frente al bruxismo porque los resultados dependen en gran parte del origen”. No obstante, matiza que en la mayoría de los casos la respuesta es favorable. 

El tratamiento suele ser multidisciplinar. Puede incluir la odontología neuromuscular, fisioterapia, la solución de malas oclusiones y la utilización de férulas, así como el tratamiento previo de lesiones de caries o ausencias dentarias. En algunos casos se emplean fármacos (tanto para tratar la ansiedad como la inflamación de la articulación) o técnicas de relajación y control del estrés. 

Es relativamente frecuente recurrir a terapias que combinan los abordajes puramente odontológicos con la intervención de otros profesionales, básicamente expertos en medicina del sueño, psicólogos y fisioterapeutas, que ayudan a recuperar y proteger la función de la articulación de la mandíbula y a corregir defectos posturales. “Hay tantos planteamientos terapéuticos frente al bruxismo como pacientes. La determinación de la causa que lo produce es clave para corregirlo a medio plazo”, enfatiza el presidente del Consejo General de Dentistas.

Un modo de vida

El director de la Unidad Dental de la Clínica Universidad de Navarra, Raúl Larraga Ramos, destaca también la importancia del diagnóstico: “Saber por qué se están apretando los dientes, si hay interferencias en la oclusión, estrés u otro motivo”. Este especialista señala que se trata de un proceso que habitualmente es crónico y advierte de que para corregirlo, los pacientes también tienen que poner de su parte: “El bruxismo no es un virus, es un modo de vida que hay que cambiar, hay que primero saber que no es bueno apretar, que hay gente que no lo sabe, y después intentar poner los medios para dejar de hacerlo”.

Es cierto que las férulas se han convertido en el tratamiento más frecuente y se pueden utilizar con la mayoría de los bruxismos, pero por todas estas razones, a veces no es suficiente, hay que combinar terapias. En cualquier caso, siempre es necesario realizar revisiones de la placa de descarga y de la boca: “Es un instrumento ortopédico que da la opción a ir modificándolo en función a la evolución. No es una pastilla y ya se termina el tratamiento”.

Para hacer un diagnóstico e instaurar un tratamiento que atajen el problema de manera eficaz y eviten que se complique la enfermedad, es preciso acudir al dentista en cuanto aparecen los primeros síntomas: principalmente molestias en los músculos de la cara, desgaste dentaldolores de cabeza y cuello, ronquidos y apneas, molestias al masticar y chasquidos al abrir o cerrar la boca.

Los riesgos

Hay que tener en cuenta que los riesgos del bruxismo no son nimios, como previene Castro Reino: “Por una parte, el desgaste dentario (debido a la atrición de los dientes), que lleva a una pérdida de esmalte y dentina con la subsiguiente aparición de sensibilidad dentaria. Por otra parte, la aparición de trastornos en la articulación temporomandibular con posible presencia de dolor, chasquidos e incluso limitación para la apertura de la boca”.

En cuanto a la prevención, la recomendación es adoptar hábitos alimenticios saludables y realizar ejercicio físico para reducir el estrés, pero lo más importante es no demorar la visita al dentista para averiguar el origen y el grado de gravedad: “Hay pacientes que nos han llegado sin dientes”, avisa Larraga.

Fuente: https://cuidateplus.marca.com/bienestar/2022/05/23/bruxismo-importancia-aprietas-dientes-179800.html