Te vamos a contar cuánto dura la comida cocinada y cuáles son los mejores métodos para conservarla, evitando así el desarrollo de patógenos en su interior.

La comida cocinada presenta un riesgo microbiológico inferior que la fresca. Por este motivo su vida útil es superior. Ahora bien, esto no quiere decir que se pueda conservar eternamente. Las características organolépticas de la misma podrían resentirse. En concreto, te vamos a contar cuánto dura en buenas condiciones la comida cocinada.

Los métodos de cocción tienen fundamentalmente dos objetivos. En primer lugar, mejoran el sabor y la textura de los alimentos. Por otra parte, disminuyen las posibles contraindicaciones de su consumo, estando relacionadas estas con la presencia de microorganismos patógenos en su interior. Normalmente el calor destruye dichos elementos.

La comida cocinada no dura mucho en la nevera

Alimentos como el arroz, la pasta o las legumbres no durarán más de 2 días una vez cocinados. Exceder este tiempo incrementa el riesgo de que se desarrollen en su interior ciertos patógenos que puedan poner en riesgo el estado de salud. Por este motivo conviene limitar los riesgos y plantear la ingesta antes de dicha fecha límite, sobre todo cuando hablamos de colectivos de riesgo.

A su vez, la carne y la verdura tendrán que ser consumidas antes de 4 días una vez que han sido cocinadas. Los huevos aguantan más cuando están cocidos, hasta una semana. También la leche es un alimento que puede conservarse adecuadamente una vez abierto. Pueden pasar cinco días sin que pierda propiedades o que su salubridad se resienta.

Siempre cabe la opción de introducir los alimentos cocinados en el congelador en lugar de en el frigorífico. Aquí la situación cambia. Al descender de forma tan dramática la temperatura, se reduce mucho el riesgo de que puedan crecer microorganismos patógenos en el interior de la comida, por lo que la vida útil de la misma se alarga.

De hecho, la congelación resulta el mejor modo para conservar las preparaciones, durando hasta 3 meses. Incluso podría ser mayor el tiempo si la temperatura desciende aun más, hablando en este caso de un tipo de congelador industrial que ofrezca una mayor potencia. Cuanto más frío, menos se resienten también las características organolépticas del plato.

Hay que evitar mezclar comida cocinada y cruda

Lo que no se debe hacer nunca es combinar comida cocinada y cruda para conservarla al mismo tiempo. Aquí los riesgos se multiplican, puesto que las bacterias presentes en los alimentos frescos pueden pasar a los platos elaborados, generando una reproducción rápida y eficiente. Un caso de contaminación típico es el provocado por la Salmonella, tal y como afirma una investigación publicada en al revista Journal of Infection in Developing Countries.

También es frecuente que se desarrollen problemas de salud motivados por la bacteria del género Clostridium, dando lugar a una patología conocida como el botulismo. Si no se trata a tiempo puede resultar fatal, ya que cursa con parálisis muscular y daño orgánico. Así lo evidencia un estudio publicado en la revista Toxins. En este caso se requiere la intervención temprana con la ayuda de un antídoto.

Algunas de las bacterias que pueden infectar la comida cocinada son especialmente peligrosas en colectivos de riesgo. Por ejemplo, la Listeria puede no causar grandes problemas en la población adulta. Sin embargo, en el caso de las mujeres embarazadas daría lugar a abortos espontáneos o a problemas en el desarrollo del feto, según un artículo publicado en Archives of Gynecology and Obstetrics.

Por todos estos motivos conviene extremar las medidas de higiene alimentaria, también cuando se habla de comida cocinada. Mucha gente cree que esta se puede dejar el tiempo que haga falta, que como mucho perderá algo de sabor. Sin embargo, la realidad dista bastante de este pensamiento. Los riesgos existentes son reales y pueden poner en peligro la vida de las personas en ciertas ocasiones.

Hay que conservar la comida cocinada en frío

La comida cocinada y la diarrea
El principal problema de no conservar bien los alimentos cocinados, además de que pierden su sabor, es que pueden producir problemas digestivos muy molestos e inclusive graves.

Otro error que se comete de manera habitual es el de conservar la comida cocinada a temperatura ambiente. Está claro que el proceso de cocción provoca un incremento de la vida útil y una destrucción de las bacterias patógenas, pero no de sus esporas. Existen ciertos microorganismos que adoptan formas especiales para sobrevivir a condiciones extremas de temperatura, presión o humedad.

En el momento en el que se vuelve a una atmósfera adecuada, las esporas germinan y dan lugar a nuevos patógenos, con capacidad infectiva. Este proceso de eclosión tendrá lugar de manera mucho más eficiente a temperatura ambiente, por lo que es una situación que se debe evitar. Como norma general, los platos preparados han de refrigerarse siempre que no vayan a ser consumidos en el momento.

Las dos opciones preferentes son el frigorífico y el congelador. Para bien ser deberían transvasarse del recipiente donde han sido cocinados a otro envase estéril. Si este es de cristal, mejor. Así se reduce el riesgo de que se desprendan microplásticos o compuestos que puedan resultar tóxicos con el paso del tiempo, como es el caso del aluminio.

Existe un caso de comida cocinada que puede dejarse a temperatura ambiente manteniéndose así un par de días o tres. Hablamos de ciertas elaboraciones de repostería, como los bizcochos. En este caso la actividad de agua dentro de la preparación es baja, por lo que el riesgo de crecimiento de algún tipo de microorganismo patógeno se reduce. Ahora bien, no se debe mantener mucho más tiempo del comentado, ya que perderá sabor y textura.

La grasa influye en el tiempo de conservación de la comida cocinada

Uno de los parámetros que influye en el tiempo de conservación de la comida cocinada es la cantidad de grasa que contenga el plato. Cuanto mayor sea la concentración de este nutriente, menor será la vida útil refrigerada. Esto se debe a que la grasa puede enranciarse, lo que no afecta a la salubridad, pero sí al sabor del plato en sí.

De este modo, la verdura aguanta hasta 10 meses a temperaturas bajo cero, el pescado magro 6 meses, el azul 3 meses y la carne picada solo dos. El aporte de grasa del plato será determinante a la hora de conocer cuánto tiempo puede aguantar congelado. Eso sí, lo que no se debe hacer nunca es congelar un producto, descongelarlo y volverlo a congelar posteriormente.

¿Cómo conservar alimentos que vienen enlatados?

Otra cuestión muy típica a la hora de hablar de conservación de alimentos tiene que ver con los productos que vienen en latas, como es el caso del bonito o del atún. Puede suceder que no se consuma todo el género de una sentada. En este caso, lo propio es retirar el sobrante de la lata, colocarlo en un recipiente de cristal con el aceite que queda y cerrar el tarro, manteniéndolo en frío.

De este modo, además de incrementarse la vida útil del producto y de evitarse la pérdida de características organolépticas, se consigue una menor concentración de residuos en el alimento. No hay que olvidar que las latas pueden llegar a perder ciertas moléculas de metales pesados que se adhieren a la grasa del comestible en cuestión, acumulándose después en el organismo humano.

Está claro que uno de los metales pesados más peligrosos para la salud es el mercurio. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista The Science of the Total Environment. Su ingesta de manera regular podría incrementar la incidencia de patologías que afecten al sistema nervioso central, como es el caso de las neurodegenerativas.

Otros compuestos como el cobre o el latón también se consideran nocivos, sobre todo cuando su ingesta es recurrente. Por este motivo conviene apelar al principio de precaución y apostar por buenas prácticas de conservación de alimentos. En la medida de lo posible, será siempre mejor comprar productos introducidos en tarros de vidrio que en latas. Aun así, el consumo moderado de estos últimos se considera seguro.

Batch cooking, o el mecanismo para organizar la dieta conservando comida

La comida cocinada puede guardarse en la nevera
Para aquellos a los que les gusta planificarse y ahorrar tiempo, tomar como costumbre la preparación semanal de alimentos y el almacenaje en el refrigerador es algo excelente.

En los últimos años se ha puesto de moda un mecanismo dietético conocido como batch cooking. Consiste en realizar la mayor parte de las elaboraciones del menú semanal durante el fin de semana, introduciéndolas en un tupper y conservándolas hasta el momento de su consumo. Una vez llegado el día, solamente será preciso calentarlas y, en pocos minutos, se podrá disfrutar de una comida de calidad.

Cuenta con la ventaja de que ahorra mucho tiempo en el día a día. Con una buena planificación se puede diseñar y elaborar un menú saludable, suficiente en nutrientes esenciales. Conviene prestar atención al contenido proteico. Habitualmente es escaso en la mayor parte de las dietas. Según un estudio publicado en Annals of Nutrition & Metabolism, en ningún caso debería ser inferior a 0,8 gramos de proteína por kilo de peso corporal al día en personas sedentarias.

Para lograr el éxito con el batch cooking conviene acertar con el método de conservación de la comida cocinada. Aquellas que se vayan a consumir en la primera mitad de la semana pueden mantenerse en el frigorífico. Sin embargo, la que forme parte del menú de los últimos días conviene que se mantenga en el congelador. De este modo se evitarán los riesgos microbiológicos.

Gracias a dichos mecanismos se puede proponer un menú variado con preparaciones muy distintas. Todas ellas estarán basadas en la utilización de alimentos frescos con alta densidad nutricional. Los vegetales deberían suponer una parte central de la dieta, por ejemplo. Su ingesta regular ha demostrado reducir el riesgo de muerte por cualquier causa, mejorando así el estado de salud.

Es importante optimizar la conservación de la comida cocinada

La comida cocinada no se conserva eternamente. Es necesario tener en cuenta una serie de consideraciones para evitar la contaminación microbiológica, lo que podría poner en riesgo la salud. Sobre todo habrá que prestar atención en el caso de ciertos colectivos como las personas mayores o las mujeres embarazadas, más susceptibles a intoxicaciones.

Por último, ten en cuenta que para mejorar el estado de salud será necesario combinar una dieta adecuada con otros hábitos. Es clave practicar ejercicio de forma regular y exponerse a la luz solar de manera frecuente. De este modo se asegura la síntesis endógena de vitamina D, lo que consigue evitar un déficit que pueda dar lugar al desarrollo de patologías complejas.

Fuente: https://muysalud.com/salud/cuanto-dura-comida-cocinada/