La salud mental de los argentinos de cara al 2022

El impacto de dos años de estrés persistente por la pandemia provoca desánimo en un grupo grande de la población. 

La salud mental de la población durante la pandemia por COVID-19, que vino a cambiar el mundo para siempre, fue y es durante este tiempo motivo de cientos análisis científicosLa crisis sanitaria global, de la que no había antecedentes en el mundo moderno, provocó cambios -algunos más o menos duraderos- en el ánimo, la energía, la calidad de vida y el humor de todos y cada uno de nosotros.

Ahora, en el comienzo de un nuevo año, situación que suele ser excusa para renovar deseos, proyectos e iniciativas, más que esa ilusión propia de los inicios de ciclo, lo que caracteriza el estado anímico de los argentinos parece ser más el cansancio, la incertidumbre y el hartazgo psicológico.

¿Es posible proyectar cuando el futuro sigue siendo incierto? ¿Cómo podemos renovar la esperanza y los propósitos?

“Cuando el futuro inmediato es incierto, es muy difícil establecer planes y proyecciones. En este caso, el ejemplo de las Fiestas es uno y el otro es el de las vacaciones, a las cuales están proyectando salir masivamente y sabemos que las reservas en los centros de vacaciones Argentina están saturadas. Se planifican las vacaciones y sospechamos que por el avance por esta ola de avances de los contagios y de casos positivos, mucha gente va a tener que modificar esos planes”. Marcelo Cetkovich es médico psiquiatra y director médico de INECO (MN 65636) y ante la consulta de Infobae, detalló: “A pesar de ello, si hay algo que ha permitido que los seres humanos avancemos y evolucionemos y desarrollamos la sociedad moderna con todos los defectos que uno podría decir, es la capacidad de planificación en un contexto incierto”.

Para él, “si bien las proyecciones se ven afectadas por la incertidumbre que produce la situación sanitaria, de alguna forma se logrará encontrar alguna salida para poder resolver la situación”.

“Naturalmente en términos prácticos no es que el 2 de enero es distinto al 1 enero, pero desde el punto de vista de trabajo interno que se hace en ciertas fechas uno le confiere la posibilidad de convertirse en una mirada acerca de uno mismo, de hacerse preguntas, recordar lo acontecido, en un intento que, si es saludable, se convertirá en una lectura de lo que uno intenta aprender”, aportó el médico psiquiatra y psicoanalista José Eduardo Abadi (MN 44946), para quien aprender de lo acontecido es convertir el acontecimiento en experiencia; en algo que permite internalizar una nueva lectura y no repetir patrones”."Estamos todos agotados por dos años de una mezcla de emociones", coinciden los expertos (Getty) «Estamos todos agotados por dos años de una mezcla de emociones», coinciden los expertos (Getty)

Abadi resaltó que “una de las claves del aprendizaje sería combatir y superar la tendencia a la repetición que tienen los seres humanos”. Para el escritor y autor del best seller Y el mundo se detuvoa este comienzo de año se llega con un plus, que tiene que ver con que a la densidad inevitable de la vida (que puede ser positiva o negativa) se le suma la angustia, la amenaza, la distancia con el otro, el miedo al futuro que trajo la pandemia y la interminable cuarentena Y allí lo que aparece es un sentimiento de pesadez, agobio, hartazgo psicológico y una desesperada necesidad de ver en el horizonte una realidad y no una ausencia porque eso es lo que permite poner en marcha las ganas y disipar la angustia”.

En este punto, Cetkovich destacó que “existe un modelo experimental animal para tratar de reproducir el efecto del estrés crónico sobre el estado de ánimo y se denomina test de la desesperanza aprendida, en el cual animales de laboratorio son sometidos a una situación amenazante de la que no pueden escapar”.

“Un ejemplo es el famoso test de la natación forzada, en el cual una rata se la deja nadando en agua hasta que llega un punto donde la respuesta normal del animal es defenderse nadando para tratar de no ahogarse -precisó Cetkovich -. Con la acumulación, lo que ocurre es que el tiempo que la rata nada es cada vez más corto, la rata aprende que no puede escapar de la situación y empieza a entregarse. Esa entrega en forma precoz lo interpretamos como un indicador animal de depresión. Si bien no podemos preguntarle a la rata como se siente, pero el test de la desesperanza aprendida era un modelo extraordinario para comprender lo que situaciones como la que estamos viviendo producen las personas”."Si bien las proyecciones se ven afectadas por la incertidumbre que produce la situación sanitaria, de alguna forma se logrará encontrar alguna salida para poder resolver la situación", coinciden los especialistas (Getty)«Si bien las proyecciones se ven afectadas por la incertidumbre que produce la situación sanitaria, de alguna forma se logrará encontrar alguna salida para poder resolver la situación», coinciden los especialistas (Getty)

“En la misma línea, estamos todos agotados por dos años de una mezcla de emociones -equiparó el especialista de Ineco-. En primer lugar por el miedo, por lo desconocido, el miedo potenciado por las redes sociales y los comunicadores que por un lado cumplen un rol loable de advertirnos y por otro lado nos ahorra todo tipo de noticias amarillistas. A eso, le sumamos un efecto muy potente que produjo la cuarentena, estuvimos encerrados mucho tiempo, sobre todo durante el 2020, y eso tuvo efectos negativos. Cuando pensábamos que todo comenzaba a aliviarse durante el 2021, que si bien no tuvo una cuarentena estricta, hubo que mantener una serie de medidas durante mucho tiempo y eso ha producido un cuadro de agotamiento sobre el que consideramos que se dio una desesperanza aprendida, lo cual se puede expresar en el mal humor, en el malestar y la sensación de la gente”.

Para él, “el efecto de dos años de estrés persistente por la pandemia que produce sobre la esperanza y los propósitos es negativo”. “Por un lado estamos todos expectantes, tratando de irnos de vacaciones y de que esto termine pronto, por otro lado experimentamos un agotamiento interno que se nota en la dificultad de las personas para las tareas cotidianas. En ese sentido, no diría que la población está deprimida pero sí que hay un agotamiento persistente”, evaluó Cetkovich, quien resumió: “Es una mezcla de agotamiento, de cansancio y de fatiga cíclica con una persistencia de la incertidumbre”.

Con él coincidió Abadi, para quien este 2022 encuentra a los argentinos “tratando de sostener y soportar la huella traumática de lo vivido, intentando un trabajo sobre lo que nos sucedió y en la medida de lo posible superarlo”.

La mirada esperanzadora, clave para el futuro

Para Abadi, "lo importante de tratar de evitar la ilusión y trabajar la esperanza; ligar razón y entusiasmo, pero con criterio y principios de realidad que permitan plasmar de verdad un objetivo porque de lo contrario después la decepción es inevitable" (Getty)Para Abadi, «lo importante de tratar de evitar la ilusión y trabajar la esperanza; ligar razón y entusiasmo, pero con criterio y principios de realidad que permitan plasmar de verdad un objetivo porque de lo contrario después la decepción es inevitable» (Getty)

Para Cetkovich, “es muy importante comunicar una visión esperanzadora de las cosas”. ”Los seres humanos hemos llegado a este nivel de desarrollo de la sociedad gracias a nuestra capacidad de lidiar con la incertidumbre, y muchas emociones que estamos experimentando: el miedo, la ansiedad, el desgaste e incluso la depresión son reacciones emocionales que nos permiten lidiar con esta situación. Estar un poco deprimido es algo que nos permite digerir mejor el hecho de que estamos viviendo una situación que es totalmente antinatural para nosotros y llevamos a cabo nuestras actividades de una forma totalmente diferente”.

El especialista de INECO destacó que “de forma insensible las personas se adaptaron, por ejemplo, al trabajo virtual o a reducir nuestras horas de trabajo, a reducir actividades recreativas y la vida social, y todo eso se tomó como algo normal cuándo es algo totalmente contrario a lo que dice el espíritu humano”.

Esto lo podemos tolerar porque estamos un poquito deprimidos, en ese sentido y en este contexto estar un poco deprimido es normal, de la misma forma que estar un poco ansioso. Toda esta situación nos impulsa a estar más alerta y eso permite estar más preparado para acordarse que al salir al exterior hay que ponerse barbijo, llevar el alcohol en gel, etc.”, sostuvo, y agregó: “Estos son elementos que consideramos que son negativos pero nos permiten lidiar con la pandemia. En suma, las emociones que hemos experimentado también son las que nos han permitido lidiar con esto en forma efectiva”.

Para concluir, en opinión de Abadi, “lo importante es tratar de evitar la ilusión y trabajar la esperanza; ligar razón y entusiasmo, pero con criterio y principios de realidad que permitan plasmar de verdad un objetivo porque de lo contrario después la decepción es inevitable”.

El médico psiquatra señaló que las características que él observa en sus potenciales pacientes antes de abordar un tratamiento son “que la persona tenga conciencia de que algo anda mal, sepa que necesita paciencia para trabajar y noción de que el trabajo requiere esfuerzo”. Abadi destacó que “si eso se pasa a lo grupal, el panorama es más positivo y hay posibilidad de cambio y renovación”.

Fuente: https://www.infobae.com/salud/2022/01/02/cansados-con-fatiga-e-incertidumbre-asi-esta-la-salud-mental-de-los-argentinos-de-cara-al-2022/