Uno de los jefes de la Fundación Favaloro expone el problema, que afecta a todo el sistema y en especial a la cardiología.El contraste y el fentanilo son dos de los productos con mayor faltante.

Si en esa prestigiosa clínica privada especializada en el corazón de la Ciudad ya hay un «salteo» de escasez -entre diferentes insumos, que se va emparchando con entregas cada vez más chicas- la situación se agudiza en otros sanatorios privados, hospitales. Está más marcado en el interior del país.

Por el cepo a las importaciones, la cardiología hoy es la especialidad más afectada en una Argentina donde la salud se queda «sin stock».

En los quirófanos de la Favaloro, los cirujanos hacen la misma pregunta todos los días antes de ingresar a un paciente en la camilla: «¿Tenemos margen de seguridad para operar?».

Es que están los profesionales, los instrumentos, los pacientes, pero se percibe la no reposición de los insumos.

«Todos los días te avisan con qué insumos estamos cortos y con cuáles estamos en situación crítica. Se está volviendo una rutina», arranca Oscar Mendiz, jefe del Departamento de Cardiología Intervencionista de la Fundación Favaloro.

«De lo que ayer era crítico, llegás a la clínica y preguntás para saber si seguimos operando con márgenes de seguridad. Por ahora, para tranquilidad de los pacientes. Pero cuando te dicen que en algo ‘estamos críticos de stock‘, quiere decir que si no ingresa en 48 horas… hay que tomar decisiones», detalla a Clarín.

Mendiz ve las dos caras del problema. Por un lado, es especialista en angioplastias. Así que opera a diario y conoce de principio a fin todo lo necesario para sea seguro el momento de la intervención. Pero además es miembro del Consejo de Administración de la clínica, por lo que también conoce muy bien los registros de «existencias».

Se regularizaron «a medias» las unidades de catéteres. Pero, dice, «con lo de estos últimos días (la disparada del dólar que perforó los $ 1.000), no tengo claro cómo va a impactar en precios y cómo los hospitales se van a poder abastecer de insumos».

Hoy, remarca, «sigue en situación complicada el stock de contraste, de fentanilo y otros medicamentos».

Más allá de las cámaras que nuclean a fabricantes de insumos made in Argentina, que habían denunciado que no les aprueban los dólares para pagarles a los proveedores de materia prima de China o Estados Unidos, o la queja de la cámara nacional que nuclea a más de 420 instituciones de Salud privadas, Adrecra y CADIME, que también expresó las limitaciones operativas, ahora la voz de alerta no sale de las planillas sino del quirófano.

El cepo a las importaciones lleva a los médicos a reclamar desde lo que falta puntualmente hasta que los precios de productos descartables -guantes o jeringas- aumentaron 94% en dos meses, post PASO. Y ya acumulan 156% en el año.

Por eso los proveedores, además de ajustar por precio, ajustan por unidades de entrega.

«No, yo no veo especulación. Tampoco me consta que los distribuidores estén acaparando. Hay un descontrol de precios y el que tiene que volver a importar un insumo (o materia prima para fabricarlo) no sabe si podrá, cuándo ni a cuánto», detalla el cardiólogo.

Hay algunas dificultades obvias para acordar precios. El problema es que la salud no tiene los tiempos de la economía.

El contraste endovenoso es un inyectable que se usa para mejorar la visibilidad en angioplastias y tomografías. «Sin esto no hay intervenciones por cateterismo», apunta.

Esto se traduce en que sin este inyectable no hay angioplastias para tratar el infarto agudo de miocardio o el ACV isquémico agudo, entre muchos otros procedimientos.

En la Favaloro se realizan por día entre 20 y 30 intervenciones por cateterismo.

«Si bien nosotros seguimos trabajando a ritmo normal, los jefes de especialidades como las nuestras, cuyos insumos son importados en su gran mayoría, tenemos que dedicar bastante tiempo a estar con quienes nos manejan los stocks para saber, insisto, que estamos operando con seguridad. No podemos sacarnos la preocupación de que quizás al día siguiente una práctica ya no se puede hacer».

«Por ejemplo, si un distribuidor vende una prótesis a un hospital o prepaga a un valor de tal dólar (cotización del día), va a cobrar en pesos, sin tener claro cuándo porque la cadena de pagos de la medicina ya viene mal de hace tiempo. Esto hace que quizás cuando reciba esos pesos no soló no ganó sino que tiene que poner plata para volver a importar», resume.

Según pudo saber Clarín, también el Garrahan y el Hospital Fernández sufrieron algún tipo de escasez de insumos. En el interior del país, si bien el stock es más pequeño porque se realizan menos intervenciones, el acceso es más difícil.

El panorama federal de estas faltas se percibe en que se retacean entregas, con la mitad de las unidades pedidas, para distribuir con cierta equidad. Pero también sucede que los distribuidores entregan más a prepagas o centros de salud que ofrecen un mejor pago por el mismo insumo.

Tal es la magnitud de la falta de contraste, que Mendiz días atrás había tuiteado: «Para llevar una mínima tranquilidad. Hemos conseguido contraste para comenzar la semana con normalidad, Esperemos poder solucionar el problema para los días venideros #SaludEnEmergencia«.

Fuente: https://www.clarin.com/sociedad/margen-operar-cardiologos-desesperada-pregunta-diaria-falta-insumos_0_cZUUESwM5a.html