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Cómo protegerte de ellos

La empatía es un rasgo de personalidad fundamental para relacionarse con los demás y vivir en sociedad. Sin embargo, muchas personas no son capaces de comprender lo que otros están sintiendo o, lo que es peor, despliegan lo que se conoce como ‘empatía oscura’. La psicóloga Yolanda Costa explica en qué consiste y qué hacer ante este tipo de actitudes.A

Empatía oscura
  1. María Sánchez-Monge

Aunque no se trata de un concepto clínico oficial, el término empatía oscura, está despertando un creciente interés en la comunidad científica y los profesionales de la salud mental por su gran impacto directo en la vida cotidiana. “Se refiere a la capacidad de comprender las emociones de los demás, pero con fines manipulativos y egoístas, en lugar de conectar emocionalmente para cuidar o apoyar al otro”, explica a CuídatePlus Yolanda Costa Besa, psicóloga y directora clínica del CAT-Barcelona. Se trata de un rasgo muy frecuente, “mucho más de lo que nos imaginamos”, añade.

Para entender en qué consiste esta actitud, es importante comprender primero qué es la empatía, que según describe Costa es “la capacidad de comprender lo que otra persona está sintiendo”. Puede ser emocional, que es “cuando sentimos lo que el otro siente”, o cognitiva, “cuando entendemos sus emociones sin compartirlas necesariamente”

Las personas con empatía oscura suelen tener una alta empatía cognitiva, ya que “saben leer muy bien las emociones ajenas y adaptan su actitud para generar confianza”. El problema, según la psicóloga, es que lo hacen con fines manipulativos: “No conectan para cuidar, sino para influir, controlar o sacar beneficio”. Por eso, aunque parecen empáticos, “su motivación no es el bienestar del otro, sino el propio interés”.

La tríada oscura de la personalidad

La empatía oscura suele estar relacionada con lo que en psicología se conoce como tríada oscura, que hace referencia, en palabras de la psicóloga, “a un conjunto de rasgos de personalidad que comparten entre sí una base de insensibilidad emocional y tendencia a la manipulación”. Estos rasgos no implican necesariamente trastornos clínicos, “pero sí patrones de comportamiento que pueden ser perjudiciales para los demás”. Esta tríada incluye:

  • Narcisismo. Es un concepto que se remonta a la mitología griega de Narciso. Las personas con narcisismo muestran una alta necesidad de admiración, egocentrismo y falta de reciprocidad emocional.
     
  • Maquiavelismo. Viene de Nicolás Maquiavelo y su conocida frase: “El fin justifica a los medios”. Se manifiesta como una tendencia a manipular y engañar para lograr objetivos personales.
     
  • Psicopatía funcional. Frialdad emocional, impulsividad y falta de remordimiento en las acciones que se llevan a cabo, “incluso si afectan negativamente a otros”. No obstante, advierte Costa, estas personas “pueden ser encantadoras en apariencia”.

¿Son psicópatas?

La psicóloga reconoce que la empatía oscura “puede compartir características con la psicopatía clínica, como la manipulación y la ausencia de culpa”. Sin embargo, recalca que “no todas las personas con empatía oscura son psicópatas, ya que la psicopatía se considera un constructo clínico y de investigación estrechamente relacionado con el trastorno de personalidad antisocial”. Por lo tanto, “alguien puede tener empatía oscura, usarla estratégicamente y ser perfectamente funcional en la vida social o laboral, sin cumplir los criterios de psicopatía”.

Psicopatía

(Foto: Shutterstock)

Cómo reconocer a un empático oscuro

Estas son las principales señales de alarma que pueden advertirnos de que estamos tratando con un empático oscuro:

  • Un carisma excesivo que parece diseñado para agradar.
     
  • Uso de la culpa, el halago o el victimismo para influir.
     
  • Relaciones intensas pero desequilibradas, donde el otro suele sentirse “emocionalmente drenado”.
     
  • Inconsistencias en su comportamiento: pueden parecer comprensivos en un momento y luego actuar de manera fría o manipuladora. Cambios de actitud según lo que puedan obtener de ti. 
     
  • Falta de coherencia entre lo que dicen y lo que hacen.
     
  • Exceso de atención hacia sus propias necesidades: a menudo redirigen las conversaciones hacia sí mismos o sus intereses.
     
  • Falta de profundidad emocional: su empatía puede parecer superficial o circunstancial, no genuina.

Cómo protegerse de los empáticos oscuros

Costa considera que no es fácil mantenerse a salvo de estos individuos: “Manejar relaciones con personas que muestran empatía oscura puede ser un verdadero desafío”. Para empezar, “no siempre es fácil identificar este tipo de comportamiento y mucho menos tomar distancia, especialmente cuando se trata de alguien cercano como un familiar o un compañero de trabajo”. Por ello, es importante “aprender a protegerte y manejar estas interacciones de forma efectiva, cuidando tu bienestar emocional”. Estas son las estrategias que propone: 

  • Establece límites claros: define lo que estás dispuesto a aceptar y lo que no. No cedas ante presiones emocionales ni chantajes afectivos.
     
  • Desarrolla habilidades de comunicación asertiva: aprender a expresar tus necesidades y emociones de forma clara y firme te ayudará a protegerte.
     
  • Confía en tu intuición: si algo no se siente bien, escúchalo. A veces, el cuerpo y las emociones detectan lo que la mente aún no ha procesado.
     
  • Observa la coherencia: presta atención a si sus actos reflejan sus palabras. Las inconsistencias pueden ser señales de manipulación.
     
  • Evita justificar lo injustificable: no confundas empatía con manipulación. Que alguien parezca comprensivo no significa que actúe desde el cuidado.
     
  • Fomenta relaciones saludables: rodéate de personas que demuestren empatía genuina y respeto. Te dará perspectiva y fuerza emocional.
     
  • Busca apoyo externo: hablar con personas de confianza o con un profesional te ayudará a ver la situación con claridad y a tomar decisiones más saludables.

¿Estas personas pueden cambiar? 

La experta reconoce que es complicado que un empático oscuro se reforme y empiece a desarrollar una empatía genuina. “En general, el cambio es difícil si no hay conciencia y muchas personas que actúan con empatía oscura no se perciben a sí mismas como manipuladoras, lo que dificulta que reconozcan el impacto de sus acciones y se abran a un proceso de transformación”, advierte

Sin embargo, cree que, cuando “hay voluntad de revisar sus conductas y asumir responsabilidad emocional, el trabajo terapéutico puede ser muy valioso”. 

Pero, mientras eso no ocurra, “lo más importante es que tú te cuides: aprende a identificar estas dinámicas, establece límites y prioriza tu bienestar emocional”. El cambio del otro “no siempre está en tus manos, pero tu protección sí”, concluye.