Sueño y riesgo de Alzheimer

Así debes dormir para cuidar tu cerebro
Dormir bien ayuda a mantener la salud cerebral. Mejorar la fase REM del sueño con medicamentos y medidas no farmacológicas podría ayudar a prevenir la enfermedad de Alzheimer, según un nuevo estudio.A

Tanto la cantidad como la calidad del sueño pueden influir en el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, según han constatado múltiples investigaciones. Todo parece indicar que la salud cerebral está ligada a un buen descanso y dormir bien puede ser un factor importante para la prevención de la demencia. A su vez, un deficiente reposo puede constituir, en algunos casos, un signo de la existencia de alguna patología neurodegenerativa.
Un nuevo estudio ofrece una pista adicional: al parecer, tardar más de la cuenta en llegar a la fase del sueño conocida como REM (siglas en inglés de movimientos oculares rápidos) podría ser un síntoma precoz de la enfermedad de Alzheimer.
Fases del sueño y relación con el Alzheimer
El sueño se divide en dos fases principales:
Fase no REM
Esta fase, en la que no se producen movimientos oculares rápidos, se divide en los estados N1 (adormecimiento, un 10% del tiempo), N2 (sueño ligero, un 45% del tiempo) y N3 (sueño profundo, un 20% del tiempo).
Fase REM
En esta fase se producen movimientos oculares rápidos. Es una etapa de sueño profundo en la que el cerebro está muy activo y en la que se sueña. Es importante para la memoria y el aprendizaje. Durante ella, el cerebro procesa los recuerdos -especialmente los que tienen una carga emocional- y los almacena.
En un adulto sano joven, el sueño no REM ocupa aproximadamente el 75% del tiempo y el REM el 25% restante. A lo largo de la vida adulta se van limitando las horas de sueño, se reduce significativamente la fase REM y las personas mayores tardan más en alcanzarla.
El problema surge, según los autores de la nueva investigación, cuando el tiempo hasta llegar a esta fase se dilata demasiado. «El retraso en el sueño REM altera la capacidad del cerebro para consolidar recuerdos al interferir con el proceso que contribuye al aprendizaje y la memoria», ha señalado Yue Leng , profesor asociado en el Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Universidad de California-San Francisco, y autor principal del estudio que se acaba de publicar en Alzheimer’s and Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association. “Si es insuficiente o se produce con retraso, puede aumentar la hormona del estrés, el cortisol”, lo que podría contribuir a dañar una región cerebral fundamental para la consolidación de la memoria: el hipocampo.

Alteraciones cerebrales asociadas al retraso del sueño REM
Los investigadores evaluaron a 128 personas con una edad media de 70 años. La mitad tenía Alzheimer y aproximadamente un tercio presentaba deterioro cognitivo leve, un precursor frecuente del Alzheimer. El resto no padecía ningún problema de memoria u otras funciones cognitivas.
Todos los participantes durmieron durante una noche en una clínica, en la que se les realizó un estudio del sueño. Se les dividió en dos grupos, en función de si llegaban de forma temprana o tardía a la fase REM. Por término medio, el primer grupo tardó menos de 98 minutos en llegar a la fase REM después de quedarse dormidos, frente a 193 minutos de media en el segundo grupo.
Las personas con enfermedad de Alzheimer tenían un sueño REM tardío en mayor medida y también eran más propensas a presentar niveles más altos de dos proteínas tóxicas, amiloide y tau, que se acumulan en los cerebro de las personas con esta patología neurodegenerativa.También tenían un 39% menos cantidad de una proteína que disminuye en la enfermedad de Alzheimer, el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF).
Mejorar el sueño para prevenir el Alzheimer
Dormir bien es esencial para la salud en general y, en particular, para la cerebral. Al fin y al cabo, una de las funciones del sueño es eliminar sustancias tóxicas que se acumulan mientras estamos despiertos; entre ellas, la amiloide. Dormir menos y peor implica un menor tiempo para lavar el cerebro de esta sustancia, lo que llevaría a acumular niveles más altos que se podrían depositar en el cerebro.
En este sentido, los autores del nuevo estudio creen que ciertos medicamentos que influyen en los patrones de sueño tienen el potencial -habrá que demostrarlo con estudios científicos- de modificar la progresión de la enfermedad. La melatonina puede fomentar el sueño REM y los estudios realizados en ratones han demostrado que disminuye la acumulación de las proteínas tau y amiloide. También se ha comprobado que otros medicamentos que tratan el insomnio bloqueando una sustancia química que suprime el sueño REM disminuyen la acumulación de tau y amiloide.
También pueden ser de gran utilidad diversas medidas no farmacológicas, especialmente las encaminadas a fomentar unos hábitos de sueño saludables que faciliten la transición del sueño ligero al sueño REM. Evitar el consumo excesivo de alcohol y otras sustancias tóxicas, así como tratar la apnea del sueño, pueden ser de gran ayuda. Son igualmente aconsejables las siguientes pautas:
- Mantener horarios regulares, con horas fijas para acostarse y levantarse.
- No hacer más de una siesta al día y que no sea prolongada (no superior a 30 minutos).
- Hacer ejercicio físico durante el día, pero no justo antes de acostarse.
- El dormitorio y la cama deben ser cómodos, con una temperatura adecuada.
- Conviene dormir a oscuras y sin ruido.
- A algunas personas les ayuda a conciliar el sueño darse una ducha caliente, beber un vaso de leche templada o una infusión caliente justo antes de acostarse.
- Utilizar ropa cómoda para dormir.
- Cenar de forma moderada y no acostarse justo después de haber comido.
- No tomar bebidas estimulantes como el té o el café a partir de media tarde.
- Quienes se levantan muchas veces a hacer pis durante la noche es conveniente que disminuyan los líquidos que ingieren antes de acostarse.
- Es aconsejable utilizar el dormitorio exclusivamente para dormir y mantener relaciones sexuales, pero no para comer, ver la tele u otras actividades.
Bibliografía
Jin J, Chen J, Cavaillès C et al. (2025) Association of rapid eye movement sleep latency with multimodal biomarkers of Alzheimer’s disease. Alzheimer’s and Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association. DOI: 10.1002/alz.14495