Cáncer en el cuero cabelludo

Así es el melanoma más desconocido
El melanoma de cuero cabelludo es uno de los tumores menos conocidos y, a la vez, con un peor pronóstico, lo que puede ser debido en parte a la dificultad para detectarlo en fases iniciales de la enfermedad. Por ello es clave identificar las señales ante las cuales es conveniente consultar con un dermatólogo. Hablamos con una especialista para conocer cuáles son y cómo actuar.

El melanoma es un tipo de cáncer cutáneo que se origina por la transformación maligna de los melanocitos, que son las células que se encargan de dar pigmento o color a la piel. Aunque uno de los factores de riesgo más importantes para su aparición es la exposición a la radiación ultravioleta (la radiación solar o la procedente de las cabinas de rayos UVA), existen otros factores que también condicionan su aparición, fundamentalmente factores genéticos como los antecedentes de cáncer o el fototipo de piel.
«Es por ello que puede aparecer en cualquier parte de la superficie de la piel, incluso en zonas que no se hayan expuesto al sol, como en las plantas de los pies o el cuero cabelludo», explica Elena Godoy, dermatóloga de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). «También es muy importante recordar que cuando el cabello se pierde progresivamente debemos proteger esa zona de piel de la exposición solar pues es frecuente que veamos daño solar muy intenso en esta zona por falta de protección y eso puede condicionar la aparición de cáncer de piel», recalca esta especialista.
Cuál es su frecuencia
El melanoma en el cuero cabelludo tiene una incidencia variable según las series. Algunos autores hablan de entre un 5-7% de todos los melanomas. «El problema para identificar el porcentaje real es que muchas publicaciones lo engloban junto con los melanomas faciales en los llamados melanomas de cabeza y cuello, lo cual dificulta conocer su incidencia real», indica Elena Godoy. Existen dos series más recientes publicadas en España que indican que los localizados en cuero cabelludo supondrían entre un 13 y un 16% de los melanomas de cabeza y cuello.
Uno de estos estudios, realizado en la Comunidad de Madrid, reflejaba un aumento en la frecuencia de aparición de estas lesiones en el cuero cabelludo a lo largo de los años, «aunque no hay muchos estudios con información desglosada por localización anatómica que puedan confirmar estos datos», precisa la doctora Godoy.
Aplicar la regla del ABCDE para la sospecha diagnóstica
Aunque existen los melanomas no pigmentados que son más difíciles de diagnosticar, la mayoría de los melanomas se inician como una mancha o un lunar, que progresivamente va creciendo. En fases iniciales puede ser de utilidad la regla del ABCDE, según apunta la dermatóloga Elena Godoy, serie de letras que se corresponden con las iniciales de asimetría, bordes irregulares, cambios de color o distintos colores dentro de una misma lesión, diámetro mayor de 6 mm y evolución con cambios. «Si la lesión crece en superficie como una mancha de aceite o presenta zonas abultadas irregulares es aconsejable acudir a consultar».
Herida o ulceración, motivo de consulta
Cuando la lesión evoluciona puede aparecer una herida o ulceración y sangrado. «Siempre insistimos a nuestros pacientes en la consulta que si tienen una herida que no cicatriza durante varios meses deben consultarla para descartar un cáncer cutáneo«, precisa Elena Godoy.
Es importante recordar que en el cuero cabelludo, como en otras partes de nuestra piel, también es frecuente encontrar lesiones benignas como los lunares (muchas veces blandos y verrucosos), angiomas capilares (puntos rojos o “rubíes”), queratosis seborreicas (que son rugosas y se desprenden) o los quistes. «Este tipo de lesiones son frecuentes y no deben alarmarnos», aclara Elena Godoy.
La localización, un reto diagnóstico
La localización en cuero cabelludo supone un reto diagnóstico porque es una zona que muchas veces no es visible por el cabello que la cubre. Es por ello que la detección temprana en esta zona es menos habitual y a ello se ha atribuido que los melanomas en esta localización tengan un peor pronóstico por detectarse en fases más avanzadas.

Pronóstico
El melanoma en cuero cabelludo se ha asociado a un peor pronóstico y aún no ha podido establecerse si es debido a sus características más agresivas o a que se detecta de forma más tardía. «Los pacientes suelen presentar tumores más gruesos y asociados a sangrado o ulceración. También la vascularización y el drenaje linfático a los ganglios es elevada en esa zona, y es por ello que con mayor frecuencia vemos metástasis asociadas a esta localización», señala esta experta
Tratamiento
El tratamiento inicial, al igual que en otras localizaciones, es extirpar el tumor de forma ajustada. Eso permite determinar el estadio tumoral y saber cuál es el siguiente paso. Con esta información ya disponible se determinan los márgenes de seguridad que deben realizarse en una segunda cirugía y si es necesario estudiar los ganglios u otras zonas anatómicas.
«En casos con metástasis en los ganglios, en la piel a distancia o en otros órganos es necesario realizar tratamiento local con cirugía de las metástasis o radioterapia. También en estos casos en los que la enfermedad ya se ha diseminado suele realizarse tratamiento con terapias dirigidas o inmunoterapia», precisa esta dermatóloga.
Avances: microscopía confocal, terapia dirigida, inmunoterapia…
El avance tecnológico ha mejorado mucho la precisión del diagnóstico en el melanoma en los últimos años. A la valoración clínica y la técnica de la dermatoscopia, que ya se emplean habitualmente en la consulta dermatológica, se ha sumado en algunos centros el uso de la microscopía confocal que permite un diagnóstico prequirúrgico mucho más certero, destaca la doctora Godoy.
En cuanto a tratamiento, la aparición de la terapia dirigida y, sobre todo, de la inmunoterapia ha supuesto «un cambio radical en el pronóstico de los pacientes con melanoma en estadios avanzados». Además, de modo reciente se está poniendo en evidencia el beneficio de hacer cirugías cada vez más conservadoras en los pacientes que presentan este melanoma, sin afectar a su pronóstico y reduciendo mucho las complicaciones y el empeoramiento en la calidad de vida que estos procedimientos conllevaban, destaca la doctora Godoy.
Prevención: protección y autoexploración
Esta experta insiste en que la importancia de tener en cuenta que el cabello es un mecanismo de protección solar natural de nuestra piel y que determinados peinados o la pérdida de cabello disminuyen esta protección, por lo que «debemos recordar protegernos adecuadamente con gorros».
Además, la autoexploración en casa es también un punto fundamental para cambiar el futuro del melanoma. «Aprender a autoexplorarnos los lunares una vez al mes puede marcar la diferencia en el pronóstico ayudando a mejorar la detección precoz de esta enfermedad». En esta autoexploración es importante no olvidar zonas menos visibles como el cuero cabelludo, las palmas y plantas o la zona genital. «En el cuero cabelludo al igual que en otras zonas como la espalda, será de utilidad contar con un espejo o con alguien que nos ayude a revisarlo».
La doctora Godoy concluye señalando la importancia de difundir que el cuero cabelludo es una zona donde también puede aparecer el melanoma cutáneo, «para que así los pacientes, sus médicos e incluso profesionales de la peluquería puedan ayudar a que detectemos a tiempo la enfermedad».