Qué significa no enamorarse nunca

En un extremo están quienes se enamoran continuamente y en el otro los que nunca han experimentado este sentimiento. El psicólogo Sebastián Girona explica qué significa cada uno de los dos polos.

Hay personas que se enamoran varias o múltiples veces a lo largo de su vida, mientras que otras nunca experimentan este sentimiento. ¿Es normal no conocer el amor romántico de primera mano? Para empezar, conviene aclarar el significado de enamorarse, que tiene una parte química y, como tal, es objeto de estudio por parte de la neurociencia. Pero también se puede decir que es algo que cada persona vive de una manera distinta.
Capítulo aparte merece la diferencia entre amor y enamoramiento. Hay quien dice que el amor dura siempre pero el enamoramiento es solo la etapa inicial de una relación de pareja, en la que se tiende a magnificar las virtudes de la persona amada. Otros van más allá y opinan que el enamoramiento no existe, sino que es una elaboración que hemos interiorizado a lo largo de la historia. Según esta forma de ver las cosas, el amor romántico estaría compuesto por una sucesión de mitos que se han perpetuado. Pero, ¿qué dicen los expertos?
El psicólogo especializado en vínculos Sebastián Girona explica a CuídatePlus que el hecho de que algunas personas experimenten “un enamoramiento muy suave y poco intenso” podría deberse “a factores químicos individuales que influyen en cómo se vive esta etapa emocional”.
¿Qué es el enamoramiento y por qué a veces no surge?
El enamoramiento es, en palabras de Girona, “un fenómeno químico que, en muchas personas, genera una desconexión del juicio crítico y una idealización de la otra persona”. Quienes no experimentan esta desconexión o no sienten esa química intensa “pueden no llegar a vivir el enamoramiento como otros lo hacen, limitando su capacidad para establecer relaciones basadas en esta etapa inicial”.
Mientras que algunas personas “buscan constantemente la intensidad del enamoramiento como una especie de adicción emocional”, otras “pueden no engancharse a esta etapa porque no sienten ese fenómeno químico que genera placer y dependencia”. La ausencia de esta respuesta química podría “explicar por qué no todas las personas experimentan el enamoramiento de la misma manera, lo que afecta a su forma de relacionarse y construir vínculos profundos”.

Personas enamoradizas: no todo son ventajas
El psicólogo advierte que no es oro todo lo que reluce y, aunque se tiende a mirar con compasión a quienes no se enamoran nunca, hacerlo de forma muy reiterada o, incluso, obsesiva, también tiene sus desventajas.
Según Girona, “las personas que buscan constantemente la sensación del enamoramiento pueden tener una fuerte necesidad de cercanía, afecto y validación emocional por parte del otro y esto los predispone a enamorarse fácilmente de quienes puedan ofrecerles esa atención o conexión”.
Al mismo tiempo, apunta, los enamoradizos “pueden tener una visión muy idealizada del amor y tienden a proyectar sus expectativas en cada relación”. Asimismo, reconoce que estas personas suelen ser “más apasionadas e impulsivas y esto las lleva a vivir mucho más intensamente las emociones”.
En la cara más negativa de la moneda, este perfil de individuos pueden presentar una “baja autoestima” y, tal y como resalta Girona, “el hecho de estar constantemente enamorado puede ser una forma de llenar un vacío emocional o buscar aprobación externa”. En otras palabras: “Estar enamoradas puede hacer que estas personas se sientan valoradas e importantes”. Junto a todo lo anterior, añade el psicólogo, “también es probable que tengan dificultades para estar solas y enamorarse continuamente sea una forma de combatir el temor de la soledad”.
Filofobia o miedo a enamorarse
La filofobia es el miedo irracional a enamorarse. Las personas que la sufren sienten terror ante la idea de poder conectar emocionalmente con otra persona que pueda convertirse en su pareja y mostrarle sus sentimientos. En vez de sentir las emociones tan intensas e ilusionantes que caracterizan al enamoramiento, lo que experimentan son unos niveles elevadísimos de estrés.
La filofobia puede tener muy diversas causas: baja autoestima, inseguridad, miedo a ser rechazado o al fracaso, un fuerte sentimiento de vulnerabilidad…
Además de la filofobia, hay otros motivos por los que algunas personas nunca se enamoran. En primer lugar, hay quien no siente la necesidad de establecer este tipo de vínculos y sus relaciones con otras personas están basadas en lo que se conoce como apego evitativo.
Otra razón puede ser tener unas expectativas muy altas en torno al amor y el enamoramiento, hasta el punto de no encontrar nunca a nadie que cumpla las características para establecer ese vínculo idealizado en extremo.
Algunas personas se consideran arrománticas, es decir, sienten una escasa o nula atracción romántica hacia otros sujetos. No debe confundirse con la asexualidad, que se refiere a la falta de atracción sexual.