¿Tenés el tabique nasal desviado?

La desviación del tabique nasal es muy frecuente, pero no siempre es apreciable a simple vista y en la mayoría de los casos no produce molestias. Cuando da síntomas suele requerir una intervención quirúrgica denominada septoplastia.

Desviación del tabique nasal
  1. María Sánchez-Monge

El tabique o septum nasal es la pared que separa internamente las dos fosas nasales. Para cumplir su función debe estar centrado, de tal forma que ambas tengan un calibre similar, pero cuando está desviado se reduce el tamaño de una de ellas o, incluso, de ambas. 

Es frecuente la confusión entre tabique nasal y pirámide nasal. Esta última es la parte externa o visible de la nariz. “Mientras que las desviaciones de la pirámide nasal son evidentes con la observación directa de la cara del paciente, para ver el tabique es necesario explorar el interior de las fosas nasales, lo que requiere conocimientos y medios adecuados”, expone Alfredo García, jefe de Servicio de Otorrinolaringología del Hospital  Universitario 12 de Octubre, de Madrid. 

Julia Arteaga, facultativa especialista de área del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares (Madrid), explica la composición de este tabique: “El septum nasal es una lámina de cartílago y hueso recubierta por mucosa”. Su deformación puede influir en el aspecto exterior y la estética nasal porque “sirve de soporte o apoyo al dorso nasal”.

Dejando aparte los motivos estéticos, el tratamiento de la desviación del tabique nasal permite restaurar las funciones de esta estructura, que según Isam Alobid, presidente de la comisión de Rinología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (Seorl-CCC), se centran en “regular el flujo respiratorio nasal y la humidificación del aire”. Además, juega un papel “en el sentido del olfato en su porción superior”.

Frecuencia y causas del problema

La desviación del tabique es muy frecuente, pero solo requiere tratamiento en algunos casos por interferir en la respiración. “Un estudio internacional realizado en el año 2008 sobre 2.589 pacientes en 14 países demostró que el 90% presentaban algún grado de desviación del tabique”, confirma Alobid.

Este problema responde a dos grandes causas:

  • Traumatismos en los que se fractura el tabique.
     
  • El tabique crece más de lo que debería durante la etapa de crecimiento y, según explica García de manera gráfica, “no cabe dentro de la nariz y se curva”. 

“Los traumatismos en la infancia, incluso durante el parto, combinan ambos mecanismos”, señala el jefe de servicio del Hospital 12 de Octubre. “El tabique se fractura, con aparente mínima deformidad debido a  la elasticidad de los tejidos infantiles, pero con el desarrollo de la cara -sobre todo en la pubertad- los fragmentos crecen independientemente y se desvían”. 

En algunos casos se puede hablar de causas genéticas. “La alta correlación en la incidencia de deformidades nasales de cierto tipo en madres/padres y sus hijos sugiere que podrían ser hereditarias, pero faltan estudios”, precisa Alobid. 

Síntomas y signos de la desviación

El principal síntoma de la desviación septal es, según Arteaga, “la obstrucción nasal, generalmente en un lado de la nariz, aunque a veces puede ser en ambos”. A veces también puede ocasionar “sensación de taponamiento ótico intermitente, ronquido o sangrados nasales de repetición”. 

Por eso, la comprobación de que se respira peor por una fosa nasal que por la otra puede sugerir la existencia de este problema. “A veces los pacientes tienen que dormir siempre sobre el  mismo lado porque al acostarse sobre el otro se les obstruye la nariz”, comenta García.

No obstante, tal y como subraya Alobid, “mucha gente tiene el tabique nasal desviado, pero no tienen síntomas”. Se calcula que esta deformación solo es sintomática en el 20% de los casos.

En lo que se refiere a los signos externos, “la observación de la pirámide nasal puede aportar alguna información, pero no siempre las narices desviadas tienen el tabique desviado, y viceversa”, matiza García. Ante la  duda, se debe acudir al otorrinolaringólogo, quien podrá confirmar el diagnóstico con una adecuada exploración. 

Consecuencias de tener el tabique desviado

La consecuencia principal de la desviación del tabique nasal es una insuficiencia respiratoria nasal, que en muchas ocasiones afecta a la calidad de vida, ya que dificulta la realización de actividad física y empeora el descanso nocturno. 

Debido a la persistencia de los síntomas, algunos pacientes presentan adicción a los descongestivos nasales y propensión al desarrollo de sinusitis, entre otras complicaciones.

También se ha comprobado que la desviación del tabique puede producir alteraciones del olfato (hiposmia) porque el aire no llega al epitelio olfatorio situado en el techo de la nariz.  

Tratamiento más adecuado

Cuando se trata de una desviación sintomática que afecta a la calidad de vida al dificultar la respiración, la única solución es la cirugía mediante la técnica denominada septoplastia. Este procedimiento consiste en corregir la desviación septal, eliminando las áreas implicadas y recolocando el tabique en el centro de la nariz para que exista un flujo lo más simétrico posible en las dos fosas nasales. En ocasiones es preciso realizar una corrección de la pirámide nasal o de la punta nasal para mejorar la ventilación; en estos casos, el método se denomina rinoseptoplastia. 

La septoplastia es una intervención que habitualmente se realiza con anestesia general. “No es dolorosa y no causa modificación en la forma de la nariz”, puntualiza el otorrino del 12 de Octubre. En muchas ocasiones se combina con otros procedimientos en el interior de las fosas nasales; sobre todo, con reducción de los cornetes para optimizar la ventilación.

El grado de eficacia de la cirugía suele ser bueno, con mejoría de la ventilación nasal y, por lo tanto, de la sensación de obstrucción”, resalta Arteaga. Sin embargo, algunas veces “la obstrucción nasal puede ser subjetiva y también condicionada por otros factores que corresponden a procesos inflamatorios de la mucosa nasal, tales como la rinitis -tanto alérgica como no alérgica-, hipertrofia de cornetes, etc.”. 

García advierte que es “muy importante conseguir buenos resultados en la primera intervención porque, cuando es necesario reintervenir, en lo que denominamos septoplastia  secundaria, el procedimiento se complica”. Por ello, considera esencial acudir “a un profesional cualificado, especialista en otorrinolaringología, que pueda manejar adecuadamente el interior de la nariz”.

Fuente: cuidateplus.com