Semaglutida para adelgazar

La droga no está indicada para tratar el «sobrepeso estético».Quiénes y por qué podrían acceder a ella cuando llegue al país.

Hace unas semanas la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorizó la inscripción de la droga semaglutida en Argentina como medicamento para bajar de peso y el anuncio generó gran expectativa.

Si bien antes de ese registro, la droga ya se comercializaba -en otra dosis y con otro nombre comercial- para el tratamiento de la diabetes, se sabía que muchas personas la adquirían off label (es decir, fuera de esa indicación) para tratar la obesidad, pero también el sobrepeso, incluyendo el denominado “sobrepeso estético”.

Ahora que se autorizó el registro del fármaco para tratar obesidad y sobrepeso: ¿quiénes podrán acceder a ella? ¿Cuáles son sus efectos adversos? ¿Cuáles son los riesgos de que se haya convertido en “el medicamento de moda”? ¿Constituye efectivamente un cambio de paradigma? ¿Reemplazará a otros tratamientos como la cirugía bariátrica?

Semaglutida para adelgazar: en quiénes está indicada

El fármaco semaglutida ayuda a regular la glucosa en sangre y actúa en el cuerpo de manera similar a una hormona que se libera en el intestino y que brinda saciedad (un análogo del péptido similar al glucagón tipo 1 -GLP-1-). Por eso, colabora en la pérdida de peso.

“Está aprobado en el mundo para obesidad, es decir, personas que tienen un índice de masa corporal (IMC, peso sobre altura al cuadrado) de más de 30, o personas que tengan sobrepeso con un índice de 27, pero sumado a otra condición, como artrosis de rodilla, glucemia alterada en ayunas, hipertensión limítrofe, apnea del sueño, hígado graso, discopatía lumbar”, explica la nutricionista Mónica Katz.El tratamiento con semaglutide también debe ser apoyado con cambio de hábitos.

Y añade: “Por supuesto, debe ser prescripto por un médico, no es de venta libre, y siempre ir acompañado de un cambio de estilo de vida, porque actúa sobre la saciedad, sobre la capacidad de parar de comer, pero no te hace mover, no te mejora el otro polo que necesitamos, que es comer bien y ser activos. Entonces, tiene que haber cambio de estilo de vida, y un equipo entrenado en obesidad”, resume la profesional.

El médico clínico Ramiro Heredia, del Hospital de Clínicas, coincide. «Este producto está indicado para el control del peso (incluyendo pérdida y mantenimiento) siempre en combinación con una dieta reducida en calorías y un aumento de la actividad física», afirma el profesional, también editor del sitio Infomed.

Semaglutida: en quiénes no está indicada

Antes que nada, es importante aclarar que este medicamento aún no está disponible en nuestro país para tratar sobrepeso u obesidad, y que puede tardar en llegar.

“Va a tardar más de un año en ingresar al país porque la dosis de obesidad es de tres miligramos y la que se usa para diabetes y los protocolos de diabetes son en dosis de 0,5 y un miligramo”, explica Silvia Lapertosa, ex presidenta de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD).

Los profesionales enfatizan que la indicación es para personas con obesidad o sobrepeso y una comorbilidad. No está estudiada para otros pacientes.

“Esta es una medicación que se estudió en una serie de trabajos científicos para el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2, la obesidad y el sobrepeso con comorbilidades asociadas. A partir de estos trabajos, surge su aprobación para usar en estos pacientes«, precisa Heredia.

Y subraya: «No está indicada para usar en el sobrepeso estético. Es decir, su uso no tiene fines estéticos, sino mejorar la salud. Siempre hay que remarcar que la obesidad es una enfermedad asociada a muerte prematura, enfermedad cardiovascular, cáncer, demencia y discapacidad, entre otras tantas enfermedades».

“No está indicado en personas que quieren bajar unos kilitos de más o que tienen sobrepeso estético. No es una droga para ese tipo de uso”, dictamina Lapertosa.

Al justificar las causas por las que la desaconseja para este grupo, indica: «Cuando uno tiene unos kilitos de más o quiere hacer algo estético, puede lograrlo mediante una actividad física y una alimentación saludable», añade.La alimentación debe ser saludable y balanceada.

Náuseas, y sensación de plenitud gástrica, «como si estuviera lleno el aparato digestivo de comida», se encuentran entre los eventos adversos reportados, indica Lapertosa.

Katz se posiciona en la misma línea: «No es para personas con sobrepeso estético. No es para personas con sobrepeso clínico, pero sin enfermedades asociadas. No es para personas que van a la farmacia y se automedican. Es para personas con enfermedad«.

Heredia suma que tampoco debería indicarse durante el embarazo, ni en pacientes con antecedentes personales o familiares de carcinoma medular de tiroides o síndrome de neoplasia endocrina múltiple.

«Hay que recordar que los fármacos para la obesidad son un tratamiento complementario del plan de alimentación adecuado y la actividad física regular, que son la piedra angular para alcanzar y mantener un peso corporal normal; por lo que tampoco debería usarse semaglutida como una estrategia única para bajar de peso», concluye el médico.

Cómo se relaciona con otros tratamientos

Otra de las dudas que aparecen es si esta droga puede reemplazar tratamientos como la cirugía bariátrica. “No, no la reemplaza. Es en todo caso, es una herramienta que se suma como tratamiento”, afirma Heredia.

“La cirugía bariátrica continúa teniendo sus indicaciones puntuales, es para personas que han fracasado en tratamientos médicos previos, que tienenn un IMC mayor de 40 o de 35 asociado a diabetes, hipertensión arterial, apnea del sueño, enfermedades articulares graves, dislipemias o hígado graso», precisa.

Y agrega que en pacientes con reganancia de peso después de cirugía bariátrica, estos fármacos para la obesidad podrían ser una opción para pérdida de peso «con escaso riesgo y beneficio significativo».

También podrían tener un rol en aquellos que, con indicación de una cirugía bariátrica, no desean hacerlo, o tienen contraindicación de realizar el procedimiento quirúrgico, sostiene.

“Podemos tener una cirugía metabólica en pacientes con diabetes 2, que se hace para mejorar el control metabólico cuando la diabetes no puede ser controlada. Es decir que cada paciente tiene una indicación, no es que reemplaza la cirugía bariátrica, ni mucho menos», dice Lapertosa.

«Además -continúa-, se puede bajar de peso y perder masa muscular si no va acompañado de actividad física regular, y la pérdida de masa muscular trae eventos cardiovasculares cuando no se hace de manera controlada», suma.

¿Droga de moda y uso banalizado?

Recientemente, la Sociedad Argentina de Cirugía de la Obesidad (SACO) emitió una declaración firmada por su presidente, Jorge Harraca, en la que expresa la preocupación ante mensajes que circulan en redes sociales de profesionales de la salud que, según su perspectiva, presentan nuevas alternativas terapéuticas para la obesidad como “soluciones mágicas”.

En el texto, critican lo que catalogan como “expectativas exageradas en relación con el tratamiento de la obesidad mediante nuevas alternativas”, y subrayan la importancia de un tratamiento integral personalizado, en el que se evalúen las opciones más pertinentes según el caso, y se enfatice la necesidad de implementar cambios en el estilo de vida.La obesidad incrementa el riesgo de sufrir enfermedades asociadas..

“Postular que una nueva técnica o un nuevo medicamento es la panacea para todos los afectados por esta enfermedad, además de ser un error contribuye a seguir estimulando la idea de que existe una solución mágica, que es lo que ha contribuido no sólo a que no se haya podido detener este flagelo, sino que por el contrario haya seguido creciendo hasta llegar a ser una pandemia, advierten desde SACO.

Al analizar si es “otra droga de moda”, Katz esboza: “La banalización del fármaco no tiene que ver con el fármaco, tiene que ver con Hollywood, tiene que ver con que fue el fármaco de la alfombra roja de los Oscars de este año, pero eso tiene que ver con la gente, con el deseo de delgadez a nivel mundial, y entonces gente que no necesita este fármaco, lo consigue por alguna vía y lo usa sin necesitarlo”.

“Un hito”

Ahora bien, muchos consideran que esta droga es un cambio de paradigma en cuanto al tratamiento de la obesidad.

Katz no duda respecto a su relevancia. «Es una bisagra, para mí es un hito, no una marca o la otra, sino el grupo de fármacos. Se va a apreciar que es un antes y un después. Y cada vez se va mejorando más la eficacia y bajando todos los efectos adversos, que son gastrointestinales más que nada, pero es una droga segura, que también baja el riesgo cardiovascular», concluye.

Fuente: https://www.clarin.com/buena-vida/semaglutida-adelgazar-indica-genera-expectativa_0_UTXp3TDBWk.html